Un gran amigo he encontrado en la oscuridad, enseñandome en cada lágrima la dureza de la verdad.
Sigo siendo aquel patético lleno de bondad, que reprime sus defectos en la tranquila soledad.
Bebiendome cada madrugada mis miedos, la inseguridad me consume como el veneno; desapercibido me encuentro como el mes de enero, mi esperanza encerrada está en un baúl pequeño.
Aquellos recuerdos están desgastados, en el pensamiento de un mórbido clausurado; de mis tristezas he sido un gran esclavo, caminos solitarios dejaron estos resultados.
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INDELHARD
De TodoUn poemario para aquellos que viven con el millar de emociones; aquellos que se identifican con rimas a montones. Un poco de tristeza, un poco de amor, un poco de alegría y un conjunto de experiencias. Aquí conocerás un poco de mí, un aprendiz de la...