Madeleine P.O.V
—Pensé que no vendrías, Maddie.
David estaba en la puerta de su departamento con la camisa remangada y sin corbata. Me sonreía mientras se hacía a un lado para que pasara. Yo pasé con mi maletín y mi chaqueta bajo el brazo, ya que no me había dado tiempo de ir a mi casa a dejar mis cosas. Aún estaba muy alterada y al parecer David lo notó, porque cerró la puerta y se me quedó observando un buen rato.
—¿Te fue mal en la audiencia preliminar?
Lo miré extrañada. Su expresión era de preocupación. Seguramente debía de tener un aspecto bastante lamentable, así que inspiré y le dije en un tono entre despreocupado y triste:
—Me fue excelente. Boimbarem tiene libertad condicional hasta el próximo juicio. Es un pequeño triunfo, aunque con Max no estamos tranquilos.
Se fue al mini-bar y preparó dos tragos. Me tendió un vaso y se lo recibí con los dedos temblorosos.
"— Buenos días, hablas con Melissa Kerr— La mujer suspiró largamente—No me conoces, pero tenemos bastantes cosas en común. Bueno... yo soy la hija de Phillip y Marie Elizabeth Kerr. Soy tu hermana y..."
—Entonces, ¿por qué estás tan rara? Yo estaría feliz con eso.
Se acercó y se arrodilló frente a mi. Tomó mis manos entre las suyas y las apretó con fuerza. Estaba a punto de romper en llanto, pero me aguanté las ganas. Aún no quería hacerlo.
—Cuéntame, Madeleine. Confía en mí. Somos amigos, rubia tonta.
Ese comentario me hizo sonreír. Desde que trabajábamos juntos y compartimos algunos casos, vez que estaba deprimida o andaba con un genio de los mil demonios, me decía "rubia tonta" para bajar las tensiones.
—No tiene nada que ver con el caso. Es... Sobre mi. Creo que tendré que hacer un viaje, Dave y no me gustaría hacerlo sola.
—La gran promesa del buffet Leigh&Asoc Ltd., Madeleine Hammerstein, está invitándome a un viaje ¿Tu y yo solamente?— me dijo en un tono meloso.
—Nada en plano romántico, cabeza hueca. Necesito a alguien conmigo para hacer esto.
—Creo que te olvidas de algo, cariño. Somos empleados regulares de un lugar que no da muchas vacaciones y ambos estamos implicados en casos importantes ¿Cómo piensas convencer al honorable Maximilian Leigh para que nos deje ir?
Le acaricié el rostro y después le di un golpe suave en la mejilla. Él sonrió y se sentó a mi lado, mientras pasaba su brazo por sobre mis hombros. Me acurruqué a su lado y me quedé un buen rato con la cabeza sobre su pecho. Sentía sus dedos sobre mi cabello y ese cariño reconfortante hizo que mi corazón y mi mente poco a poco se calmara. David siempre podía hacerlo y viceversa.
—Max me dio libre los tres meses que me separan para el próximo juicio. Según él, no quiere que arruine sus planes y los míos con un colapso nervioso o ese tipo de cosas. Creo que sería bueno tomarle la palabra.
—Mmm...—Al parecer le estaba gustando el hacerme cariño en la cabeza—Por tu entusiasmo, es obvio que no serán vacaciones con todas las de la ley.
"— Buenos días, hablas con Melissa Kerr-la mujer suspiró largamente—No me conoces, pero tenemos bastantes cosas en común. Bueno... yo soy la hija de Phillip y Marie Elizabeth Kerr. Soy tu hermana y..."
—Supongo que no.
Se levantó del sofá y quedó de pie frente mío. Me sentía pequeña e indefensa, como hace veinte años. Sus ojos estaban fijos en los míos y yo no podía resistir más. Sin poder contenerme más comencé a llorar a lágrima viva, como lo hacía cuando era pequeña. David seguía frente a mi, como si lo hubieran inmovilizado. Al cabo de unos minutos se volvió a sentar junto a mi y me dijo con voz suave:
— Creo que si quieres que vaya contigo deberías contarme la verdad ¿No te parece?
Asentí con toda sumisión mientras me limpiaba las palmas de las manos. Respiré profundamente y después de unos segundos empecé mi relato:
— Yo tenía 12 años cuando pasó todo...
A medida que iba avanzando en mi historia, era sorprendente sentir como ese peso con el que había cargado casi todo mi vida iba desapareciendo. David era un excelente oyente, asintiendo en una que otra parte, pero sin abrir la boca para no interrumpirme. Ya cuando terminé, había dejado de llorar y me sentía en parte liberada.
— ¿Por qué no me habías contado todo esto antes? Creí que eramos amigos.
— Claro que sí.- le dije seria—Pero no quería que me miraras de esa forma.
— ¿De qué forma?_ me preguntó extrañado.
— Como si estuvieras compadeciéndote de mí. No quería mas de eso. Menos viniendo de ti.
Dave cambió el semblante y bebió de su vaso. Frunció los labios y se mesó el cabello. Finalmente me sonrió y tomó mis manos entre las suyas y me las apretó con ternura.
— Te acompañaré.
Me solté y lo abracé con todas mis fuerzas. Pude sentir como apoyaba su cabeza sobre mi hombro y no lo aparté.
No pude escoger acompañante mejor.
![](https://img.wattpad.com/cover/29482186-288-k879203.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Difícil Decisión
Chick-LitLa exitosa abogada Madeleine Hammerstein se enfrenta al caso de su vida. Si logra que su defendido sea declarado inocente, su reputación subirá a los cielos y podrán darle el puesto de asociada que tanto desea . Pero algo le impide alcanzar el cielo...