Mi padre era "El orador de las naciones", trajo a mucha gente a los pies de Cristo, sin embargo, aunque nos demostraba amor siempre que podia... soy Miguel Cabrera, y esta es nuestra historia.
Para no caer en trivialidades, comienzo esta historia diciendo que, no importa de que parte del mundo eres, ante los ojos de Dios eres igual que yo, sientete libre de expresarte si encuentras incoherencias en mi historia.
Nací en el año de 1994, mi familia no era diferente a las demas, soy el ultimo hijo de 3 niños que tuvieron mis padres, mi nombre completo es Miguel Cabrera Ochoa, Mexicano, CDMX. En el tiempo que yo era niño, mi padre no era un buen padre, ya deberían estar acostumbrados a esta historia, mi padre, un macho mexicano que disfrutaba dejarnos mal, allá en sueños, recuerdo que me daba miedo oler su loción despues de rasurarse, cuando se rasuraba significaba que iba a ir a un bar y en la noche volvería a hacernos daño, tomado despues de haber tomado 5 agua ardiente y dos caguamas de Indio.
Todo era igual y fue igual por 15 años, el dizque trabajaba, pero solo se paseaba por todo Tlahuac, y regresaba un dia despues o dos. En esos 8 años, cuanto deseaba que se muriera, que lo arroyara un coche o se atragantara con un esquite, a esa edad, estaba en segundo de secundaria, mis hermanos mayores trabajaban para darme estudios y mi padre los golpeaba cuando volvian sin dinero. ellos eran mayores que yo por 7 y 6 años respectivamente, por desgracia, ellos ahora estan dormidos, sufrierón un accidente en el año 2007, trabajando en una construcción, hubó un derrumbe por las bases que aún no estaban terminadas, y un pequeño temblor acabó con el edificio y la vida de mis hermanos.
Cuando eso sucedió, mi padre se volvió mas inestable aún, yo tenía 13 años, a este punto ya lo que quería hacer era irme, pero recordaba a mi madre, no la iba a dejar con ese monstruo sola, así que estuve con ella... hasta el final. No... mi padre no la mató, murió de tristeza, y un día ví que se sentía cansada, estaba leyendo un libro, blanco, muy grueso, y en la mesa del centro la dejó abierta con el versiculo Lucas 5:31-32 resaltado.
-Hijito, me voy a dormir, cuidate mucho. No te enojes con tu papá, Dios va a cambiar a tu padre, cuando yo me vaya, tiene un gran propósito para el... Y para ti también. Nunca te separes de El.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Fue lo ultimo que dijo, simplemente se acostó, puso sus manos sobre su pecho, sujetandolo, y suspiró, dejandome solo con mi padre... una navidad del 2008.
