Kumbala Bar

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Pareja:KardiaxDégel
Advertencia:+18
Créditos al autor de la imágen

Pedido de Yhazira espero sea de tu agrado :3 al igual las demás personitas que lo leen.











Un nuevo comienzo.

Se les devolvió la vida después que la Guerra Santa terminó.

Todos los caballeros dorados estaban felices abrazandose por esa nueva oportunidad.

Excepto dos caballeros que tan sólo se miraban el uno con el otro.

El escorpión quería correr a abrazar a Dégel pero éste tan sólo lo veía de una fría manera.

Tan sólo se observaron por varios minutos hasta que el de cabellos lacios de color verde se dio la vuelta ondeando su capa con el movimiento.

Quería ir tras él porque debía aclarar algo que confesó antes de que se adentráran hacía el templo del Dios Poseidón y morir en batalla contra el perrito faldero como le puso al espectro de Wyvern pero una mano en su hombro impidió ir tras el hombre que se fue.

Dégel huía, su maestro Krest tenía razón, era un sentimental pero también un cobarde porque al ver a Kardia y recordar las palabras del griego en su misión donde ambos perecieron decidió ponerse su típica máscara de frialdad hasta que prefirió irse hacía su templo dónde se encerró hasta la noche para no verlo.

Ese mismo día hicieron un banquete en el recinto principal en honor por todos los valientes caballeros que arriesgaron sus vidas por el bien de la humanidad.

En toda la velada platicaban amenamente excepto el onceavo guardián que miraba a lo lejos como Kardia reía sonoramente con Manigoldo y Sísifo.

Si las miradas matarán los dos caballeros estarían bien muertos.

El griego decidió ignorar a Dégel ya que intentó acercarse a él antes pero éste se hizo oídos sordos yéndose para otro lado.

Si así eran las cosas ya no lo molestaría más.

Disfrutaría con sus demás compañeros el resto de la celebración que terminó hasta altas horas de la noche con unos más ebrios que otros.

El onceavo guardián se retiró cerca de las 10 de la noche porque ya no aguantaba estar ahí viendo como su amigo Kardia convivía con los demás.

Molesto más consigo mismo que con el griego estuvo leyendo un libro escuchando cuándo pasaban por su templo los que vivían en las casas de abajo y una voz que él conocía perfectamente cantaba a todo pulmón con otro que por la ebriedad no distinguió quien era.

Se quitó sus lentes acomodándose en su cama para descansar ya que perdió el interés en su lectura.

Los días pasarón tan rápido convirtiéndose en semanas desde el día que volvierón a la vida.

A todos les parecía raro que Dégel no entrenara con Kardia ya que al ser unidos siempre lo hacían pero no se entrometían en asuntos ajenos.

El escorpión todas las tardes subía hacía el recinto principal para platicar con Sasha hasta casi las ocho de la noche.

Razón por la que Dégel se ponía celoso y enojado ya que con él ni una palabra le dirigía pero él tenía la culpa ya que el octavo guardián intentaba acercarse prefería evadirlo o poner un muro de indiferencia.

Cuando subía pedía permiso para pasar por el templo de la vasija dorada y el guardián al sentir ese ardiente cosmo se escondía en su estudio para no darle la cara.

Escorpio & AcuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora