Los rugidos y gritos característicos de un cadáver feroz resonaban en los pasillos de la Torre Carpa, uno que otro discípulo corría de un lado a otro en seguimiento de las ordenes de un muy despreciable líder, ni siquiera parecía que la Secta Lanling Jin tuviese algo que lamentar, a excepción de una solitaria y pobre mujer, que en lo que fueron muy pocos días, había envejecido años, años y años en pura angustia.
Madame Jin vestía de blanco, un vestido blanco carente de bordados y peonías, su cabello se hallaba suelto y algo enmarañado, ni siquiera llevaba algún tipo de adorno en él, en su apariencia no relucía su estatus como esposa del Líder del Clan más rico de los ahora cuatro grandes, relucía el persistente dolor de una madre que había perdido a su preciado hijo; y que enseguida, había perdido a una nuera a la cual, realmente le había desarrollado algún tipo de cariño.
Arrodillada en aquel pequeño estanque de loto que el mismo Jin ZiXuan se había encargado de construir y plantar hace ya un poco más de un año, cosa que había hecho por Jiang YanLi, la mujer que amaba aun si antes, se había rehusado a confesarlo o a demostrarselo tan siquiera con amabilidad; si, su hijo había sido todo un cobarde y un mal prospecto en unn inicio, se había equivocado muchas veces, en sus palabras y acciones, pero hizo lo imposible por remendar sus errores una vez, desposó a Jiang YanLi.
Porque la amaba, de verdad la amaba, y ella sabía eso mejor que nadie, lo había visto a todas luces, sincero y puro.
Era doloroso pensar en el hecho de que tal historia de amor, había terminado tan pronto como empezó.
Madame Jin amaba a su esposo, era esa la única razón por la que vivía de aquella forma, aceptando y aguantando en silencio cada una de sus infidelidades, cada uno de sus malos tratos o su asqueroso pensar respecto a las mujeres y "para lo que estas servían", sin embargo, eso no quitaba el hecho de que aun mostrándose indiferente a esto, su corazón realmente lo sufría.
Por esa razón se había dedicado a educar a su hijo como un buen hombre, como un caballero; y Jin ZiXuan había demostrarlo serlo hasta el final, pensando siempre en el bienestar de su amada esposa, tanto había sido así que había invitado a la celebración del primer mes de su hijo recién nacido, al hombre más odiado de todo el mundo de la cultivación, alguien que ya tenía un titulo infame y maldito, solo porque era el hermano menor de su A-Li, y ella quería verlo, ella lo necesitaba a su lado. Él lo había invitado con el objetivo de que su presencia, dibujara una sonrisa en el precioso y cálido rostro de su mujer.
Y justamente, esa caballerosidad, esa dedicación y ese entregado amor; lo habían llevado a la muerte.
Ella vio el sufrimiento el el rostro de la joven, el dolor de la perdida apagando su aura alegre mientras cargaba a su bebé en brazos y el papel moneda se consumía hasta volverse ceniza, supo que la joven no culpaba a su hermano menor de los hechos inmediatamente, supo le amaba lo suficiente para asegurar que lo sucedido no había sido otra cosa que un desafortunado accidente, que su hermano no podría hacer nada que significase su infelicidad. Sin embargo, Madame Jin no entendía como es que era capaz de ello, igual no lo pensó demasiado y ella si se permitió culpar a Wei WuXian de la muerte de su hijo.
Ahora, en este momento, con el dolor persistente pero la cabeza más fría, con el conocimiento de los hechos y los extraños ruidos provenientes de quien sabe cual de todas las mazmorras de la Torre ¿Podía seguir haciéndolo? ¿Podía seguir culpando a Wei WuXian de todo?.
En especial ahora que, su esposo parecía desquiciado.
Desquiciado no por la muerte de su hijo, mucho menos por la de su nuera, o por la baja de discípulos sufrida en el transcurso de la batalla. No.
Estaba desquiciado porque, el Sello del Tigre Estigio y su poder habían pasado a la historia.
¿Que tenía su esposo que ver en aquello? ¿Porque tan siquiera le importaba? ¿Que quería el hombre en realidad y para que?.
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Hēi'àn
Fanfiction¡El Patriaca Yiling ha enloquecido! ¡Hanguang-Jun debió ser engañado! ¡Manipulado! ¿Quién diría que el Segundo Jade de Gusu Lan sería también un maniático? ¡Ambos son tan viles! ¡Crueles y Despiadados! Un par de monstruos enamorados O eso es, lo que...