Capítulo 5

146 6 2
                                    

El viaje de veinte minutos hasta la sede de Erudición es tranquilo, y yo me la paso mirando por la ventana.

Veo a Phia sentada con un chico osado al que nunca le hicimos mucho caso. En el asiento que hay detrás de mí, hay un par de chicos de Abnegación muy bien parecidos, armando plática intelectual sobre química. Mike se mantiene con la vista fija en la ventana, lo que me parece perfecto. Hay una diminuta chica cordial en un asiento al fondo, que mira con añoranza el camino que vamos dejando atrás, como si se sintiera arrepentida. Una chica rubia que viene de verdad habla con otra chica en tonos agudos, Un chico veraz y una chica cordial van en un asiento compartido y  no se miran el uno al otro, él mira por la ventana, y ella, mira hacia abajo.

Cuando llegamos, Paula baja primero para abrir la puerta, y bajamos. Uno de los chicos de Abnegación baja primero y me tiende la mano para ayudarme a bajar. Yo la acepto y lo miro a los ojos. Son de color verde grisáceo y cuando sonríe, se le hacen unos lindos hoyuelos en las mejillas, su pelo es oscuro, y aunque un poco largo, lo lleva peinado como un abnegado.

-Gracias.-Le digo sonriendo

-De nada.- Responde y me devuelve la sonrisa

Caminamos hacia el interior del edificio de cristal. En las paredes, hay unas estanterías de suelo a techo, y eso me impresiona, porque la habitación debe medir unos cuatro metros de altura. Todas están a rebosar de libros. Esa visión me provoca una sensación de infinita felicidad.

En la pared contraria a la puerta, hay un retrato de la líder de mi nueva facción, Jeanine Matthews, una mujer, que si bien ahora no es del todo hermosa, en su juventud sí que debió serlo.  Su cabello rubio le cae encima de los hombros y sus ojos azules están enmarcados por gruesas pestañas negras.

En toda la sala, hay varios escritorios, en donde hay eruditos usando computadoras, leyendo libros y garabateando en libretas.

Paula nos conduce a una sala con el rotulo “Control de aspecto” y se detiene antes de abrir la puerta.

-En control de aspecto, les harán los cambios necesarios para que luzcan como eruditos, les otorgaran un cambio de ropa para cada día de la semana y ropa de cama, que será lo que usen mientras sean iniciados, después podrán adquirir cuanta ropa deseen. Si incumplen las normas de aspecto, serán sancionados.

Paula abre la puerta y entramos. Somos once trasladados y hay quince sillas, y a lado de estas, hay un estilista para cada uno.

Escojo una silla a mitad de la sala junto a Phia, a mi lado, hay una chica ataviada con un mandil, cuyos bolsillos estaban a rebosar de peines.

-Hola, soy Danna, yo me ocupare de tu transformación ¿Cómo te llamas?

-Lee… Helena, Helena Hearton.

-Helena, es un bonito nombre.-Dice sonriendo y comienza a examinarme, como si pensara que hacer conmigo.

A mi lado, el estilista que le toco a Phia está al borde de un infarto por su desastroso cabello. No puedo evitar reírme.

-Bien Helena, hay un problema con tu cabello. Parece que tu cuero cabelludo no termina de decidir si quiere tener cabello lacio o rizado, por eso luce así.

Miro mi reflejo, mi cabello nunca me importo mucho, solo me lo acomodaba como pudiera, y ocasionalmente lo recogía.

-¿Alaciado o rizado permanente? Le llamamos permanente, pero dura unos tres meses, más o menos.

-Hmm… Rizado.-Le respondo

Danna toma varias botellas con distintas sustancias y un largo tubo de metal, con el que supongo me hará los rizos. Mientras ella trabaja, veo como los demás pasan por transformaciones. A Phia le han cortado el pelo y ahora le llega a la altura del pecho y su estilista comienza a lavar el tinte rosa que decoraba algunas mechas al azar. Mike ha decidido cortar un poco su cabello y su estilista esta en eso. El chico guapo de Abnegación que me ayudo a bajar de la camioneta también está cortando muy poco su cabello.

El Ojo en Llamas: Fanfic DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora