-Sois intragables.- Renato encendía su cuarto cigarro del día mientras observaba a su grupo de amigos haciendo trastadas.
El cielo oscurecía, pero a los adolescentes no les importaba. Ese había sido su tercer día de clase tras las vacaciones de verano y estaban aprovechando el volver a estar juntos de nuevo.
-Auron, vamos, que como pase un coche nos van a ver.- Advertía Lolito a su amigo, pasándole el spray negro que escondía bajo su sudadera.
-Todo controlado.- El moreno se puso el gorro de su chaqueta y se agachó, moviendo rápidamente su mano para detallar la pintada. - Perfecto, creo que está de puta madre.
-Madre mía...- Perxita reía como nunca. Claramente la idea fué suya, pero no se esperaba que ocurriera de verdad. - Le has puesto pelo.
-Claro tío, admite que soy un artista.
-Lo que eres es un anormal de mucho cuidado.- Interrumpió Renato, acercándose al cartel y apoyando su brazo en el hombro de Auron.
-A ver, ¿Qué me vas a decir esta vez, viejo decrépito con personalidad de profesor de historia?- Se burló el bajito, causando una risa de parte de Momon.
-Nada, nada. Sólo estoy mirando la pintada a la que he contribuido con mis 20 céntimos para el spray.- dió una calada a su cigarro - Habrá que sacar una foto, ¿No?
-Perfecto, Momon un selfie.- Mandó Perxita y todos se posicionaron para la foto.
-Macho, como nos pille algui- ¡Joder, viene un coche!- Gritó Lolito.
-¡Corre Momon, saca la foto!- Añadió el pelinegro entre risas.
Momon pulsó el botón rápidamente y salieron corriendo, riendo y gritando. Desde ese día, el cartel de Los Santos no volvería a ser el mismo.
(Bueno, hasta que limpiaran el graffiti de la polla.)