Auron miraba desde su ventana, era un jueves por la tarde y decidió no quedar con sus amigos, pues estaba cansado.
El moreno separó la mirada de las vistas por un segundo, fijándose en una figura conocida que caminaba hacia la puerta de su casa.
-Eh, cara nabo- dijo Auron asomándose por la ventana - ahora te abro.
Bajó las escaleras rápidamente y le abrió la puerta a su amigo.
El pelinegro lo saludó con una sonrisa y se dirigieron a la habitación de Auron.
Renato no era una persona especialmente afectiva. Era bastante serio la mayoría del tiempo y sus amigos se burlaban de él por ello. Si algo era cierto era que con Auron tenía otro tipo de confianza, no lo admitían, pero siempre terminaban contándose todo lo que se les pasaba por la cabeza, eran la amistad más fuerte de todo el grupo.
-¿Qué pasa, acaso no puedes vivir sin mí?- Se burló Auron. Renato se rió mientras se sentaba en la silla del otro, mirando los discos que tenía encima de la mesa.
-No sé, me tenías preocupado, llevas todo el día con cara de muerto y ni te has despedido. - Respondió Renato, mirándole. -De todas formas, quería decirte que este viernes os invito a los cinco a la casa de mi pueblo.
-Ojo con el Renato - Dijo Auron sonriendo - Pues genial. ¿Estarán tus padres?
-Tú qué crees - Renato le dió una sonrisa pícara
Auron abrió su armario y sacó una mochila bastante grande. Reborn lo miraba confuso.
- Habrá que comprar provisiones, ¿No?- Dijo mientras comprobaba si la mochila estaba vacía.
-Ya he comprado comida. - Respondió Renato.
-Me refiero a las provisiones importantes, alcohol y tabaco.
Renato se rió.
-Bueno, ¿Vamos a comprar?
Hasta aquí llegó la parte introductoria, los siguientes capítulos comenzarán a desarrollar más la historia y serán más interesantes, mil gracias por todas las lecturas y votos <3