-No es normal que tengas el cuarto tan ordenado.- Momon se impresionó al entrar al cuarto de Renato.
-No es mi culpa que seas un otaku.- Respondió el pelinegro.
-¿¡Y eso a qué viene!?- Momon suspiró -Eres insoportable.
-Otaku picado.- Sonrió.
Renato y Momon se conocían desde pequeños. Eran muy diferentes, pues Renato era una persona muy carismática, seria pero con un carácter fuerte y una personalidad magnética, y Momon era más tranquilo y cariñoso.
De todas formas, siempre habían sido mejores amigos, pues se ayudaban en todo lo posible y se complementaban de una manera curiosa.
-Momon.- Renato interrumpió la lectura de manga de su amigo, mirándolo desde la silla de su escritorio.
-¿Que?- Momon bajó el libro mientras estaba tumbado en la cama del otro.
-Estaba pensando que este Viernes podemos ir todos juntos a la casa de mi pueblo. Sin padres ni mierdas, vamos en bus y ya, pasamos el finde ahí-
-¿Y el examen de matemáticas?- preguntó Momon preocupado.
-Eres gilipollas.- Renato lo miró confuso.
-Era broma, era broma- Momon se río y continuó - Claro que se puede hacer, con tal de que los otros tres no se pongan a escuchar El Farsante en el bus yo creo que puede funcionar.