Por fin había finalizado la escuela, ahora estaba trabajando, después de decirle a su madre que quería un tiempo para pensar a que se dedicaría esta le consiguió un trabajo en una cafetería, no era la más visitada pero si era lo suficientemente frecuentada como para tener breves descansos y una paga modesta.
—¿Solo eso? —miró a la mujer frente a él, estaba sumergida en su platica por celular que apenas había podido hacer su pedido.
—Sí.
Comenzó a realizar el pedido y justo cuando se lo entregaba a la mujer y está le pagaba pudo ver una silueta conocida ingresar a la cafetería.
—Vuelva pronto —apenas y la señora hizo un movimiento indicando una despedida y se marchó, por lo menos fue más cortes que aquella mujer que había acudido hace una semana donde él se había esforzado por ser más amable.
—Yeonjun, el chico de allá quiere que tú le atiendas, te cubro pero no por mucho —Chan, uno de sus compañeros se acercó solo para decirle eso, acepto quitándose de la caja para ir hacer de mesero.
Aquel chico que estaba sentado a tan solo tres mesas de donde estaba la caja, bajó el menú y le observó dándole una gran sonrisa, ¡que bien se ve con lentes!, Yeonjun no negaría lo bien parecido que resultaba el joven con lentes y ese peinado no le sentaba para nada mal.
—¿Me disculparás por no haber venido antes? —sonrió de regresó mirando a Byung tomar su lugar en la caja.
—Bueno la universidad te ha de tener bastante ocupado.
—Y lo es, por cierto que guapo te ves con ese atuendo, me pregunto cómo es que te vestirías para ir a la escuela.
—Quizá eso sería lo que me motivaría a ir, mostrar un outfit diferente cada día. Y este "atuendo" en mi uniforme.
—¿Cuándo piensas entrar a la universidad?
—¡Subin! Mejor dime tu orden.
—¡Yeonjunnie! Quiero que te sientes aquí y nos traigan dos malteadas de chocolate, solo para recordar cuando decían que éramos pareja y todo por que te recordaba a Soobin, ¡Dios que ocurrencias! —el chico soltó una carcajada y después miró a Yeonjun sonrojado—, ¿dije algo malo? Espera, no has olvidado a Soobin, ¿no arreglaste nunca las cosas con él? ¡Vamos amigo! Igual y nunca lo vuelves a ver. Mesero, podría traernos dos malteadas por favor.
Uno de sus compañeros se acercó muy confuso mientras veía a Yeonjun.
—Puedes pedirme lo que quieras Minho hyung —cuando vió esa sonrisa supo que había firmado con el diablo—. Esta vez ayúdame por favor.
—Bien, bien.
El chico se retiró y entonces su amigo tomó sus manos.
—Cuéntame tu historia con el chico, nunca te quise presionar y tú nunca me contaste.
—¡Jung Subin! No me hagas esto —llamó la atención de algunos clientes y de sus compañeros.
—Por favor, ¿qué quieres a cambio?
—Muchas cosas que no puedo decidirme por una.
—Entonces...
—Está bien —después de hablar entre dientes y mostrar lo frustrante que le resultaba ese tema, pensó que igual no tenía nada de malo, confiaba en su mejor amigo—, bueno no es la gran cosa, en realidad todo fue culpa mía. Soobin mencionó que yo le gustaba, eso fue hace ya un año, justo antes de iniciar las vacaciones de diciembre y claro, a mí me venía atrayendo desde hace algunos meses sin embargo no podría decir que ya me gustara realmente o que estuviera enamorado, solo me atraía y ya, de alguna forma reconozco que no quería que nadie más tuviera su atención.