Lo que te deje dormir

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Nota antes de empezar: me veo obligada a remarcar que la relación retratada en este fic no es una relación romántica ni sana. Leer bajo su propio criterio.

***

Dangling feet from window frame
Will I ever ever reach the floor?
More, give me more, give me more
Crushed and filled with all I found
Underneath and inside Just to come around
More, give me more, give me more

If I Had a Heart, Fever Ray

***

Es sólo una patética imitación del romance, la cercanía y la ternura. Es una manera de coquetear con la muerte y salir victorioso; fingir que está ganando días de vida aunque le de igual la muerte.

Es la idea de que si los cinco dedos de alguna de las manos de Shigaraki se posan sobre él, al mismo tiempo, todo habrá acabado. No le sorprende descubrir que no le importa.

No le importa la idea de la muerte desde que tiene quince años. Lo único que le queda de ese tiempo son los recuerdos y las raíces blancas que oculta con tinte cada ocho días. Las dos cosas son una mierda. En su memoria hay un hombre gritándole que no es lo suficientemente fuerte, que es un cobarde, que nunca será perfecto si sigue llorando. Hay lágrimas, por supuesto; más quemaduras de las que puede contar y una súplica.

«Si me odias tanto, mátame».

Sí, recuerda perfectamente haber dicho esas palabras.

—Ey. Ponme atención.

Tres dedos bajo su barbilla.

No sabe si está ahí por la adrenalina o por sus ganas de morirse.

Nunca le ha preguntado a Shigaraki por qué acepta. Quizá es también la soledad, porque es cabrona. Pero duda que se eso. Quizá lo hace sólo por joder.

—Estaba pensando —responde Dabi.

Le gusta provocarlo. En teoría sabe que es una pésima idea. Mala como ninguna otra, considerando que la singularidad depende de sus emociones y Shigaraki sólo parece conocer la desidia y la furia. Es quizá la imitación patética del peor romance jamás escrito, lo que tienen.

—¿En qué?

Cuatro dedos. Lo obliga a mirar hacia abajo.

Se le corta la respiración. Está viendo a Shigaraki directamente a los ojos.

Tiene los ojos de un niño sonriente y eso no concuerda con el resto de su personalidad o su físico. En sus ojos Dabi puede ver los restos de unas ilusiones infantiles que no conoce e imaginarse su sonrisa. Por lo demás, le empeoran el aspecto de Shigaraki.

Lo ve torcer la sonrisa.

—Puedes matarme así, ¿sabes?

Sólo el dedo meñique se mantiene alejado de su piel.

—Sí. —Shigaraki aprieta los dedos en su barbilla—. Pero no estabas pensando en eso, ¿o sí? —Ladea la cabeza.

Todavía están en la cama. El abrigo de Dabi está tirado en el piso, de igual manera que lo está el de Shigaraki. Por lo demás, han ido vistiéndose poco a poco, fingiendo que no hay un mundo afuera esperándolos.

—No.

Shigaraki sonríe. Suelta su barbilla, pero mantiene su mano cerca. Le recorre los labios con el pulgar antes de agarrarle la playera para atraerlo hacia sí.

Todavía no se acostumbra a los besos de Shigaraki. Dabi tiene la parte inferior quemada y no puede imaginarse un mundo en el que besar eso sea placentero. Pero el otro los tiene partidos, secos, deshechos y siempre lo besa de manera agresiva, todo dientes y violencia.

Patética imitación de romance [Shigadabi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora