La piel que habitas

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Every time we lie awake
After every hit we take
Every feeling that I get
But I haven't missed you yet

I Hate Everything About You, Three Days Grace

***

Siempre tiene las uñas un poco más largas de lo que debería, mal cortadas, llenas de picos. Nunca se extraña cuando se saca sangre del cuello o debajo de los ojos. Nunca ve las marcas que se deja. No le importan. Son parte de él. Siempre lo han sido.

Nunca ha sabido por qué

O quizá sí, pero no lo recuerda. ¿Por qué no lo recuerda?

Hay un vacío en su vida, uno que All for One nunca le ha explicado. Su cuerpo recuerda cosas que él no.

—Estás pensando.

Dabi parece —o finge— estar sorprendido.

—Mis neuronas funcionan, ¿sabes? —espeta.

Nadie los está viendo. Y cuando nadie los está viendo buscan la piel del otro. Por eso Dabi tiene la cabeza apoyada en su regazo y el finge que no le está desordenando el cabello.

De lejos, casi podría decirse que son una pareja común.

Pero ellos saben mejor.

***

También hay marcas en su espalda. Marcas de sus uñas ahí donde sus manos alcanzan. Rasguños de esos que parecen hechos para arrancarse la piel. Y allí donde sus manos no llegan están las uñas de Dabi, dibujando en su espalda.

Dibujando.

Qué buen eufemismo, se dice.

Otra manera de hablar de la saña con la que se las entierra en venganza por todas las veces que Tomura le pone cuatro dedos en cualquier parte del cuerpo y amenaza con posar el quinto con una sonrisa de lado.

Nunca lo hace.

Corrección: nunca va a hacerlo.

Pero si a Dabi le excitan sus ganas de morirse, él no se las va a negar.

***

A veces cierra los ojos e intenta recordar el tiempo antes de All For One, pero no puede. Su mentor está en toda su vida, pero ahora no lo tiene susurrándole qué hacer en su oído. Es tan aterradora la libertad.

—¿Tanto asco te doy que evitas verme?

Siente uno de los dedos de Dabi en sus párpados.

—Idiota —espeta.

Le agarra la muñeca. Tres dedos.

Le busca el pulso.

Más rápido de lo normal. Otro dedo. Sólo por si acaso. Dabi siempre le presta más atención cuando tiene toda su existencia entre sus dedos.

Abre los ojos.

Los ojos de Dabi son azul claro y uno es capaz de sumergirse en ellos y no pensar. Contagian la desidia de su portador.

Tomura lo jala hacia sí para besarlo otra vez.

Ya no recuerda exactamente para qué quiere recordar el pasado.

¿Por qué a veces su espalda recuerda los golpes de un cinturón que él no?

***

Recuerda estar a la deriva y recuerda llorar. Recuerda la palabra «ayuda» como una súplica ignorada una y otra vez. No sabe por qué o por quién, pero eso recuerda.

Patética imitación de romance [Shigadabi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora