Capítulo 6: Un paciente quisquilloso

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En esta ocasión les dejo la imagen del capítulo para que puedan imaginar la escena que va casi al final, espero que les guste como siempre. Háganme saber qué les parece el desarrollo de esta historia :)



Mientras Candy entraba a la habitación, a Albert solo le quedaba esperar por ella ya que no la dejaría volver sola al hotel. El duque ya se había retirado y ahora se encontraba solo en compañía de Eleanor.

-Esperaré a Candy en el jardín del hospital – comentó él

-¿Puedo hacerte compañía? – se atrevió a preguntar ella con cierta timidez

-Sí, claro... - respondió el rubio con cierta incertidumbre, la seguridad que poseía de alguna manera estaba desapareciendo en este día y era algo que a él le incomodaba

Ambos se dirigieron hacia el jardín y una vez estuvieron ahí, se sentaron en uno de los asientos que encontraron. El silencio era de cierta manera incómodo y Eleanor no pudo soportarlo más, pues no estaba acostumbrada a ver tan callado a su amigo, al menos por lo poco que había observado durante los días que se hicieron compañía.

-Albert – llamó ella - ¿ocurre algo?

-¿A qué te refieres Eleanor? – preguntó él con un tono serio

-Lo que pasa es que... te he notado un poco más callado de lo usual

-Estoy un poco preocupado por Candy, es todo – intentó excusarse utilizando la primera idea que se le vino a la mente

-¿Por qué?

-No quisiera que la afecte de manera negativa toda esta situación, ella puede ser muy fuerte pero eso no quiere decir que no se sienta triste cuando algo ocurre

-¿Solo es eso lo que te preocupa?

-Sí, ¿por qué tantas preguntas? – cuestionó él con cierto nerviosismo

-A eso me refiero – dijo ella comenzando a impacientarse por no encontrar en las respuestas de él una explicación que fuera lo suficientemente razonable

-No te entiendo

-Tu actitud – dijo ella haciendo ademanes con las manos – no la entiendo, te siento diferente conmigo

-Ya te dije, es la preocupación que tengo por Candy...

-No me mientas Albert – dijo ella como si lo estuviera reprendiendo

-Y yo tampoco te entiendo – dijo él por fin perdiendo la paciencia – no entiendo por qué me haces perder la paciencia

-Es que... ¿hice algo malo? – preguntó ella sintiéndose triste – te veo alterado conmigo, siento que me mientes al darme esas explicaciones

-¿Pero qué más quieres que te diga? – cuestionó él desviando la mirada y haciendo un puño fuertemente con su derecha – Ni siquiera sé que quieres decir, ¿qué de malo podrías haber hecho? ¿acaso tengo algo que reclamar o cuestionarte?

-Entiendo – dijo ella mirando hacia la falda de su vestido – es por Candy, porque cuando mi hijo me preguntó por ella yo le dije que no sabía nada al respecto

-¿Qué? – preguntó él mirándola de nuevo y frunciendo el ceño

-Lo lamento, solo hice lo que el médico me indicó, no supe que más decir cuando Terry me preguntó... de todas maneras quería que fuera una sorpresa agradable para él cuando por fin se encontraran

La vida sin tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora