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La misión de los arrancar

Habían pasado varios días entrenando, como era de esperarse, el capitán Hitsugaya la contactó para informarle lo que pasaba, claramente la regañó por su ausencia, pero al conocerse desde hacía tiempo se la dejó pasar, después de todo tenían una buena relación.

Nanami camino hasta Ichigo y los demás, quienes estaban tomando un descanso después de arduo entrenamiento.

-Ichigo, el capitán Hitsugaya me acaba de informar que acaba de haber un ataque en karakura, por unos arrancarse de bajo rango al parecer, tengo que reunirme con ellos, después de todo vine para apoyar al capitán-

-Tú deberías dar las órdenes Nanami-chan, no recibirlas- dijo el rubio mirándola.

-es algo que en realidad no me importa, me acogieron y dejaron integrarme a la sociedad- sonrío.

La pequeña princesa que alguna vez conocieron era totalmente diferente ahora, convivir con los segadores la había cambiado mucho, ahora era mucho más expresiva y segura, eso hacía sentir orgullos a los Vizards.

-Nanami... tienes que ir ahora?- preguntó rascándose la frente, no sabía si estaba preocupado o si le gustaba tenerla como apoyo mientras entrenaba, como sea no la quería dejar ir.

-ah?.... no me digas que estás preocupado- le sonrió y pico la mejilla.

-pero claro que no, no digas tonterías!- volteó a otro lado sonrojado.

-eres tan lindo- se burló la joven, acto seguido lo abrazo por la espalda -eres muy buen amigo- después de todos esos días entrenando juntos se sentía más cerca de él, por un lado le contó la parte más oscura de su vida, y por otro, entrenaron juntos con el mismo objetivo común.

El peli naranja estaba confundido, no esperaba aquel repentino abrazo, su corazón se aceleró, realmente era muy cálido.

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-AAAAAY NOOOO, NO PUEDE SER! NO PUEDE SER! NO, NO, NO, TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO, TE DESTETO, NO!!!!- gritaba Yumichika mientras golpeaba su zanpakuto contra una piedra.

-cállate! No puedes callarte por dos segundos?- lo cuestiono la rubia lanzándole una rama a la cabeza.

-ESQUE FUYIKUYAKU ME HACE ENOJAR!! ES ARROGANTE, ME ESTRESA, SE CREE EL MÁS GUAPO DE TODO EL MUNDO, NO SABES CUANTO LO ODIO! NO CREO PODER PELEAR CON EL OTRA VEZ, DE HECHO SI FUERA LA ÚLTIMA ESPADA DEL MUNDO NO PODRÍA LUCHAR CON ESTE TONTO!!!-

-de qué hablas? Es igual que tú. No como Haineko, ella es estupida, demandante, temperamental, sumamente floja, pueda decir con sinceridad que ella es todo lo opuesto a mi personalidad- dijo entre dientes.

-pues creo que es igual a ti, apuesto a que es el tipo de persona que se ve en una foto y dice: ay mírame, mírame, mírame, me veo tan gorda- se burló el peli negro.

-QUÉ DIJISTE YUMICHIKA?! TE RETO A QUE LO DIGAS DE NUEVO-

-YA CÁLLENSE DE UNA VEZ Y CONCÉNTRESE O LOS ENVIARÉ DE VUELTA A LA SOCIEDAD DE ALMAS- gritó enojado el capitán a cargo -maldicion... no pueden hablar con sus espadas en silencio?-

-Sabaku no bara y yo nos llevamos bien- menciona la tercera oficial acariciando la espada.

-las nubes... se mueven- dijo bajo Ikaku.

-dijiste algo Ikaku?- cuestionó el albino.

-nada capitán-

Siguieron hablando con sus zanpakuto unos momentos más, hasta que el ruido extraño que acompaña a una garganta los distrajo.

Ichigo y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora