La luna brillaba en lo alto del cielo y los ojos azules de Marian brillaron en la oscuridad de la habitación. Recordó de nuevo la tarde que había pasado y una inconsciente sonrisa apareció de repente. Un sinfín de pensamientos ahora invadían su cabeza. Recordó el diario. Tal vez el momento que Matilda había mencionado estaba pasando justo ahora. Se levantó aún con la sonrisa en sus labios y encendió un candelabro, con la luz de cerca empezó a buscar en los estantes de sus libros. No había nada. Bufó ante eso y frunció un poco el ceño. ¿Donde lo había dejado? El recuerdo apareció en su mente y la expresión en su rostro se relajó. Rápidamente estaba rebuscando en el armario de su ropa. Sacó lo que quería y tomando la pluma y el tintero se sentó en la cama con las piernas cruzadas. ¿Cómo hacían los demás para escribir un diario con tanta facilidad? Lady Rohesia lo hacía y parecía demasiado sencillo. Dió un suspiro y descruzando las piernas se levantó de la cama dejando el cuaderno, la pluma y la tinta sobre las sábanas. Fue a pasos lentos hacía el balcón y respiró profundamente. El aire frío de la madrugada en Inglaterra acarició sus hombros. Miró con ternura hacía el bosque, allí, escondido, se encontraba el árbol que hacía de guarida. Y en ese lugar, oculto en la guarida estaba Robin. Con una sonrisa volvió rápidamente adentro. Esa era la inspiración que buscaba. Se sentó como antes y acercó la lámpara. Las palabras brotaban de su cerebro y al momento de empezar no paró hasta terminar de escribir la frase. Exactamente lo que escribió fue:
Que lindo es tener una persona con la que tienes una sensación de libertad, de ser en realidad como eres, sin fingir, que te apoye, que se ría de tus bobadas, que te aconseje, que te comprenda. Eso se siente muy bien.
Se sintió satisfecha al terminar y miró con orgullo.
- Esto le gustaría a Robin - la sonrisa que tenía en el rostro se desvaneció y se transformó en una nueva de lada.
No todo era sobre Robin, esto era sobre ella. La sonrisa volvió y guardó el diario bajo la almohada. Cerró los ojos y se dió la vuelta.
En el bosque, Robin había pensado en lo que sucedió y hace algunos minutos se había quedado dormido. El también se había dado la vuelta para dormir mejor. Curioso, de haber estado juntos habrían quedado uno frente al otro. Pero no era así. Ojalá todo fuera más fácil. Ojalá no hubieran tantos problemas entre ellos. Ojalá pudieran estar juntos. Ojalá fuera así, pero tal vez y como eran las cosas todo era más interesante y hasta emocionante.
457 palabras 💚💙
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Marian - Terminada
Short StoryQuerido diario... Una historia sobre Marian. 100% mía desde el 10 de febrero de 2020.