El Titiritero

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Ninguno de los dos se lograba dar una idea de cómo Manolo supo de la situación. Matilda parecía saber o sospechar algo, lo que ponía alerta a la pareja.

- ¿Mañana podemos salir? - preguntó Scarlett por segunda vez cuando vió que su amiga terminó de comer y dejaba el plato de comida a un lado.

- Seguro - sonrió - ¿Tienes que hacer algo en la aldea? - la pelinegra negó con la cabeza.

- Es solo que no hemos pasado mucho tiempo juntas porque he estado ocupada, mañana no tengo nada que hacer así que quería pasar el día contigo, como mejores amigas.

- Entiendo... Por supuesto que quiero pasar el día contigo Scarlett, pero quiero que seamos solo tu y yo.

- Hecho - ambas se dedicaron una sonrisa - Te dejo para que puedas descansar.

- De acuerdo, gracias.

- Me llevo esto - levantó los platos - Descansa Marian - se despidió y cruzó la puerta.

La chica escuchó atentamente. Cuando estuvo segura de que su amiga estaba lejos se tiró a la cama con el corazón acelerado. Había pasado ya un buen rato desde que Robin se marchó, pero para ella parecía que no habían pasado más de cinco segundos. Se metió entre las sábanas y con el pulgar sobre los labios se quedó dormida.

Durmió profundamente y descansó bien. No le extrañó despertar antes que todos. Las estrellas aún se observaban en el cielo y hacía frío, el aire todavía tenía esa frescura de la pureza. El momento ideal para un escritor, dónde todo parece estar cargado de una inspiración extraordinaria.

Con el paso del tiempo
me di cuenta de que
me enseñaste lo que
era amar.

Lo escribió sintiendo cada palabra como propia y la frase tomó sentido.

Más tarde el frío de la noche fue reemplazado por una mañana habitual soleada.

-¡Espérame Scarlett! - gritó la pelirroja y corrió para encontrarse con su amiga que ya iba saliendo del castillo.

- Apresúrate.

Caminaron juntas de camino a la aldea en un inocente paseo.

- ¿De qué me he perdido en estos días?

- De nada interesante, eso te lo aseguro - dijo la pelirroja bromeando - Todo ha sido trabajo - sonrió.

- Deberíamos tomar unas vacaciones - la pelinegra sonrió - ¿Tú qué opinas Marian?

- Es una buena idea.

Siguieron hablando y sin darse cuenta llegaron a su esperado destino.

-¿Qué hace ahí el principe Juan? - sin duda necesitaban vacaciones.

411 palabras 💚💙

Marian - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora