Capítulo 31

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31° Libro: Hamlet.

"Y sobre todo, sé fiel a ti mismo, pues de ello se sigue, como el día a la noche, que no podrás ser falso con nadie."


Kang Taehyun estaba en su departamento, tenía mucho cansancio, había estado practicando varias coreografías ese día, sobre todo lo hacía para poder conseguir nuevos pasos y modificarlos para nuevas coreografías para su pequeña escuela de danza, estaba feliz de haber abierto una.

Los rayos del astro rey entraban por su ventana iluminando la estancia, y él se encontraba con un bisquet en sus manos, le había colocado mermelada de piña y se lo estaba comiendo, la verdad era que moría de hambre, pero no planeaba darse un atracón de comida.

Se levantó del sofá y se dirigió a su habitación, tal vez un día de descanso recostado en su cama mirando algún programa en la televisión le haría bien.

Cuando se acercó a su habitación y entro no lo dudo ni un segundo y se recostó en su cama con una sonrisa, su mano se dirigió hacia la mesita de noche pero al tantear no encontró lo que buscaba.

- ¿Dónde está el control remoto? -se pregunto mientras se rascaba la parte de atrás de su cabeza, suspiró y buscó entre los cajones, nada.

¿Dónde lo habría dejado? Siguió ahora buscándolo entre sus cobijas, pues tal vez lo habría dejado debajo de la almohada, pero no había absolutamente nada.

Se quedó parado pensando por unos momentos en dónde lo había dejado, pero por más que trataba de recordar, no lo sabía.

Chasqueo los dedos y miro su cama de nueva cuenta, pero está vez se puso de rodillas, estaba muy seguro que tal vez se le pudo haber caído debajo de la cama.

Con la mirada buscó y lo encontró, sonrió al ver eso, estiro su mano para agarrarlo pero su mano había agarrado también otra cosa, era una hoja de papel. Taehyun dejó el control a un lado y miró la hoja de papel, en ella estaban escritas algunas palabras, otras estaban tachadas, una cambiadas y tenía un título arriba.

Taehyun sonrió, recordaba que era eso.

Taehyun había conocido desde antes a Yeonjun, y en esos tiempos Yeonjun era gran fanático de escribir canciones, casi siempre entre él y Yeonjun se la pasaban escribiendo algunas canciones, Taehyun siempre había apoyado a Yeonjun, inclusive le había dicho que fuera a una audición, pero Choi no acepto ir.

- No creí que todavía tendría una. -sonríó y la colocó a un lado del control.

Por su mente pasaba solo una pregunta, ¿habrá algunas canciones más? La curiosidad fue más fuerte en él y se dispuso a buscar de nuevo bajo la cama, estiro lo más que pudo su mano y cuando sintió unas hojas de papel no dudo ni un minuto más y las agarró.

Al sacarlas se dio cuenta que ya estaban algo maltratadas y algunas tenían polvo, vio que una tenía manchas de café.

"Taehyun, ¿en serio? Pensé que no te gustaba el café."

"Fue un accidente Yeon, tranquilo."

Miró otra hoja que estaba casi toda rayoneada, ese día Yeonjun había terminado una melodía perfecta, y estaba feliz por eso, pero claro ni siquiera Taehyun estaba consciente de porque de un de repente la actitud de Yeonjun paso de feliz a enojado, no recuerda muy bien cuantas de las hojas escritas había roto, y Taehyun había logrado salvar una, pero claro en cuanto Yeonjun lo descubrió termino rayandola.

"Yeonjunnie, deja de hacer eso, ¿qué es lo que te ocurre?"

"Sólo... nada."

Taehyun de nueva cuenta buscó debajo de la cama y su mano ya no agarró más hojas, sino que ahora era algo diferente, Taehyun lo agarró con su mano y lo atrajo hacia afuera.

- ¡Por Dios! -exclamo con alegría-. Pensé que lo había perdido.

Era un pequeño radio, había un gran recuerdo del día en que se lo habían dado. Era algo que Choi Yeonjun le había comprado.

"Ten, disfrútalo."

Taehyun recordó su emoción al ver el aparato que Yeonjun le entregaba, y es que era uno que quería desde hace tiempo, pero como tenía otras cosas en las que preocuparse, y más era por los gastos que tenía con las rentas del departamento y la comida, que poco a poco se le había olvidado darse un gusto propio, por eso cuando Yeonjun había aparecido con el radio que quería, no pudo evitar sentirse tan agradecido con su amigo.

- ¿Aún funcionaras? - Taehyun recordaba que usaba baterías, así que busco en sus cajones para ver si tenía algunas, y afortunadamente pudo encontrar un par.

Las colocó y encendió el pequeño radio, y para su sorpresa aún funcionaba, y eso no pudo hacer más que hacerlo sonreír demasiado, estaba feliz, el regalo que hace tiempo le había dado Yeonjun aún funcionaba. De repente recordó que Yeonjun seguía en aquel hospital, aún en coma.

Recordó que también se le ha estado olvidando llevarle flores frescas para que disfrutará del aroma mientras dormía, por Dios, se estaba olvidando de su amigo, su primer gran amigo.

Se levantó, apagó el radio y se colocó sus zapatos de nuevo, revisó su celular, aún estaba a tiempo para ir en el horario de visitas.





- Yeon - Taehyun entró a la habitación y observo a su amigo que dormía plácidamente-. Perdón por no venir los anteriores días, creo que me consumen algunas cosas demasiado tiempo, pero aquí me tienes.

Taehyun se acercó para poder poner las flores en la mesita de noche.

- Te he traído narcisos, lo sé no eres tan fanático de estas flores, pero a mi me gustan, de alguna forma me hacen recordarte a ti, sobre todo porque siempre me decías que no te gustan, que prefieres margaritas, y yo a veces las confundía con manzanilla, te molestabas con eso, pero lo hacía para hacerte enojar, y siempre terminábamos riéndonos.

Miró a Yeonjun, Taehyun sentía que le estaba sonriendo, no sabía porque tenía esa sensación.

- ¿Soobin ya vino a verte? Seguramente sí. He llegado tarde, y por lo que sé, entra a su trabajo a las cinco de la tarde, él se esfuerza mucho, seguramente incluso siempre viene a verte, ¿y yo? Apenas y creo que tengo tiempo de hacerlo, es ridículo ¿no crees?

Taehyun sonrió y se sentó en el respectivo lugar cerca de la cama de Yeonjun.

- He encontrado el radio que alguna vez me regalaste, y aún funciona de maravilla, creo que pasaré de la televisión y escucharé más música, como cuando antes los dos hacíamos proyectos mientras escuchábamos música -sonrió con tristeza-. Extraño esos momentos, Yeonjun, perdón sino he venido a verte más seguido, trataré de hacerlo, lo prometo.

Soobin sonrió al escuchar eso, había ido a hablar a su trabajo, iba a avisar que llegaría un poco tarde.

- Tenías razón Junnie - Soobin volvió su vista al libro en sus manos y abrió la pagina en donde estaba la nota escrita.

"Hay veces que marcas tanto la vida de una persona, que es difícil que está te olvide, así que cuando creas que ya te ha olvidado tu más grande amigo, solo recuerda que el nunca te ha olvidado y no te olvidará jamás."

Soobin cerró el libro y se dispuso a salir del hospital, mañana leería de nuevo "Hamlet" de William Shakespeare, para Yeonjun.

El Bello Durmiente 💫 - Yeonbin (Adaptación)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora