Capitulo 2: Corre perra correeee!!

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Me fui alejando lentamente pero no apartaba su vista de la mia, no puedo dejar que el miedo se apodere de mi cuerpo no pienso ser comida viva.

—Jane...— Ese era Wally viendo la escena desde unos escasos dos metros, o al menos eso calculo desde el rabillo de mi ojo.

—Wally no te atrevas a acercarte. Alejaré al leopardo en lo que a mí señal tú corres y alertas a tus padres...— por la situación no dijo nada. —¡Ahora!— puse la linterna en el modo dónde parpadeaba repetidas veces y con eso el leopardo se desoriento dando un ataque fallido en mi dirección. Mientras sucedía eso, Walter corría a toda velocidad hacia la cueva. El leopardo giro en su dirección sin embargo le tire una piedra en la cabeza para que no me perdiera de vista, al obtener su atención sin dudarlo dos veces comencé a correr.
No veía casi nada, sentia que al correr estaba a nada de torserme algún tobillo, escuchaba al felino detrás de mi pero también escuchaba una cascada. Mire hacia atrás alumbrado con la linterna y al notar que estaba a nada de alcanzarme y atacar de nuevo, lo esquivé de una forma que ni yo sabía que podía, fue como si alguien más lo hubiera hecho por mi pero el precio de aquella maniobra fue enterrarme mi propio cuchillo en la muñeca. Me levanté y continué corriendo hasta llegar a la cascada, pero justo en la orilla, al mirar la altura me dió terror. Me di vuelta para enfrentar al leopardo, estaba a nada de sacar el cuchillo que tengo enterrado en la muñeca pero, por segunda vez, mi cuerpo salto por si solo directo al agua. La corriente era demasiado fuerte, me arrastraba y golpeaba con diferentes objetos hasta que con uno de ellos quedé inconsciente.

Desperté con la luz del día boca abajo en la orilla del rio, veía borrosa mi muñeca con el cuchillo incrustado y sentía algo pesado sobre mi pierna derecha que al moverme el peso se retiró. Mire en esa dirección topandome con algo mucho peor que un jaguar..., Un cocodrilo, en realidad estoy rodeada por ellos. Mi escaso un metro con 78 centímetros no le hace competencia a sus más de dos metros.

Me fui moviendo notando que ningún cocodrilo se alteraba con mi presencia. Al estar completamente de pie me aleje de ellos lentamente hacia la selva, siguiendo un camino totalmente incierto y con la mente dando vueltas a lo que acababa de suceder, para mí no tiene sentido que no me desmenbraran entre todos y mucho menos después de tener la mano llena de sangre, sin duda es algo extraño.
Ya algo alejada del rio me detuve y saque la navaja de un solo tirón, dolió con la intencidad de mil soles. Corte un gran pedazo de la tela de mi pantalón para hacer una venda improvisada y tratar de detener así el sangrado.

Mire mi alrededor obsevando lo lejos que me había ido del rio sin darme cuenta, creía que fueron solo unos pasos pero no es así, no lo veo ni lo escucho... Genial.
Me siento débil, tal vez es producto de la sangre que perdí al estar inconsciente.
Al seguir caminando sentí como una gota de agua golpeó mi rostro, estaba apunto de observar el cielo cuando se soltó la tormenta, diría que esto no podría ser peor pero si lo hago... Tal vez sí sería peor y sinceramente, no gracias.

Seguí caminando hasta toparne con lo que parecía ser un conjunto de rocas muy alto apilado a la perfección. Parecía de otro mundo... Lo observé de todos los ángulos posibles, mire el cielo pero algo sobre los árboles me impedía ver con claridad y sumando la lluvia que caía a cántaros no servía de mucho. Volví a mirar el pilar de rocas y después la cosa extraña entre los árboles, podrían tener relación uno con el otro, me acerque a un árbol, al tocarlo sentí la humedad que recorría su tronco.
Toque todo lo que estuviera a mi altura, tal vez tocaría algún interruptor y saldrían unas escaleras mágicas que me llevarían hasta la cima... ¿Pero que digo? Esto no es una película.
Me dirigí hacia el otro árbol para repetir la misma acción, o sea, ¿pero por qué? Si acabo de decir que no es película. Mejor sigo caminando.
Al pasar cerca del pilar sentí como quemó mi antebrazo y al instante la cosa que yacia en la cima de los árboles comenzó a descender como un elevador, cuando llegó al suelo solo me quedé viendo su extraña forma ovalada, olvidando por completo la quemadura. El elevador era más alto que el pilar y fácil podrían caber dos personas dentro. Deje de pensar y me metí, es esto o seguir mojandome. Después de acomodarme se comenzó a elevar de nuevo, y por alguna razón deje de sentir el frío que recorría mi ser. El extraño elevador parecía que colgaba de una cuerda o cadena muy grande y gruesa. Ya en la cima, sentía como se mecía lentamente con el viento que soplaba por la tormenta, me relajaba cuando de pronto comencé a ver el cielo con claridad, extrañamente desapareció la parte superior del "elevador", me espante y mire hacia abajo llevándome una segunda sorpresa al notar que también podía ver el suelo y la altura en la que me encontraba, ahora no solo la entrada era transparente, todo era transparente o... ¿Invisible? No lo sé, pero realmente me da igual, la vista es maravillosa. Estaba apunto de acomodarme de nuevo cuando me pareció ver qué algo se movió entre las ramas de un árbol, me comencé a sentir nerviosa, cualquiera podría pensar que fue un animal pero, ese no es mi caso, algo me dice que no es un simple animal. Me comencé a sentir observada y eso me inquieta. Trate de ya no ver hacia ese punto y me volví acomodar. El sentimiento de que me observan es molesto pero aún así logré dormir.

Me desperté en un sueño, acostada sobre la nieve, veía un cielo increíble y estrellado. Era un lugar realmente tranquilo, mire mi alrededor y vi los árboles, pinos para ser exacta. Me levanté para admirar mejor el bosque que me rodeaba, mi tranquilidad y armonía termino cuando escuché que una rama trono detrás de mi, al girarme me tope con una sombra mucho más alta que yo.
Sin pensarlo comencé a correr. Genial, en la mejor y posiblemente única oportunidad que tengo de dormir y descansar, mi mente la desperdicia teniendo una pesadilla.
Seguía corriendo y mire hacia atrás, ya no veía nada, al regresar mi vista al frente alguien salió corriendo desde la derecha, no era la sombra pero no pude frenar y terminamos chocando.

—Lo siento, me venía persiguiendo una cosa realmente horrible.— dije mientras me reincorporaba, sin duda fue un choque fuerte ya que dolió y me desoriento bastante. —¿Te lastime?— Cuando al fin ví el rostro de la persona con la que había chocado todo mi cuerpo se paralizó. —E-eres tú...— ¿Cómo puedo describirla? Es hermosa.

—¿Por qué te siento cada vez más cerca?— Dijo, y acaricio suavemente mi mejilla.

—¿Qué? No lo entiendo.— ¿Por qué mi mente juega de esta manera conmigo? Ella no dijo nada pero su semblante se volvió más duro.

–No quiero conocerte...— Sin poder evitarlo desperté. Estaba alterada, grite por el dolor que sentía en todo el cuerpo, el ardor fue más intenso que las últimas veces. Comencé a llorar, no solo por el dolor físico, me acababan de romper el corazón de una forma que jamás imaginé, esas palabras frías no salían de mi cabeza.
Intenté tranquilizarme, solo era mi mente, no tengo porque ponerme así. Me senté para observar el amanecer y analizar mejor el sueño, estúpidamente ya casi no recuerdo su rostro, sé que ella posee un cabello platinado hermoso, esa es una característica que nunca olvido. Mientras miraba el paisaje logré ver un arco de roca que parecía ser la entrada de algo. Me levanté y parece que el movimiento provocó que terminara el "modo invisible" del elevador. Mientras investigaba como hacer que baje, mi brazo volvió arder y entonces comenzó a descender. Mire el brazo sin embargo no había rastro de estar lastimado. Al bajarme, después de unos segundos volvió a subir automáticamente.
Seguí mi camino hacia el oriente, justo donde había visto ese arco.

Al llegar, después de casi perderme, me encontré con que el arco era la entrada a una explanada o cancha antigua totalmente abandonada, al entrar decidí sentarme en lo que parecían ser las estradas. Mire el cielo notando que eran aproximadamente las dos de la tarde y sintiendo cómo el hambre y la sed llegaban a mi cuerpo.

—Dios...— Frotaba mi rostro con un poco de frustración, necesito alimento o mínimo agua, estoy cansada, quiero irme a casa. Grité para no llorar. Mire hacia mi derecha ya que me pareció ver cómo algo se movía, por desgracia no fue mi imaginación. Lo que había a mi derecha, acechandome, no era nada más y nada menos que ese maldito leopardo... ¿Sabrá bien el leopardo a la leña?

Me levanté para quedar frente a el, no hay a dónde correr. Saque la pequeña navaja y la tomé con fuerza, esto será por mera supervivencia, comer o ser comida.

Comenzó a correr hacia mi, cerré los ojos y al abrirlos ví una fogata y sentí un delicioso trozo de carne en mi boca. ¡¿Pero que demonios?!

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Hola...
Solo quiero decir que tal vez en los próximos capítulos cambie totalmente la forma de narracion de la historia.

Y gracias por estar aquí. <3

Entre tus tatuajes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora