Capitulo 4: Fue obra de los ovnis

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"No quiero conocerte" tres palabras que no tienen sentido todavía en mi cabeza. Estoy vagando por mi sueño sin encontrarla por ninguna parte. Sé que dije que ya no quería verla, tal vez ni siquiera lo soporte pero estos días sin duda han sido caóticos, entro en sueños pero no descanso por lo lúcidos que son. Quiero ir a casa pero también quiero respuestas sobre este lugar que encontré, su gente y de dónde vienen, quiero saber porque me salvó Evaristo y también... Su hermana. Ya recuerdo porque me desmayé.
No debería tener en mente que ella puede ser real pero, ¿Y si lo es? La idea en serio me aterra. Tanto tiempo negando lo que esos locos advertían... No, sin duda eso no puede ser real.

•••

Desperté sobre lo que parecía ser un catre, mire mi al rededor sin ver una ventana y descubriendo me sola en aquella habitación. ¿Acaso todo fue un sueño y me encuentro de vuelta con Walter y sus padres? Por favor que así sea.

Me levanto de prisa a la salida de todo el lugar, pero al abrir la puerta solo me recibió una profunda oscuridad, mis ojos se adaptaron a la poca luz que se encontraba en el exterior y pude ver qué seguía en el lugar de está comunidad extraña. El edificio era muy diferente al que tenía enfrente antes de desmayarme frente a Evaristo.
Salí del lugar pensando en encontrar por algún lugar a este último. Las calles están vacías, la única luz que me ayudaba a ver era la de la misma luna, podía divisar no tan lejos un enorme muro, suponiendo que es el mismo por el que entre, me acerque a el. Su tamaño sin duda es imponente.

Estaba a dos metros aproximadamente cuando por el rabillo del ojo vi una silueta acercarse, volteo por inercia topandome con unos ojos que parecían ver en la oscuridad... Brillaban

—Ustedes son tan raros...— dije sin siquiera inmutarme demasiado por sus ojos, claro que son increíbles solo que... Han pasado muchas cosas.

—¿Que haces fuera de la casa?— dijo firmemente cómo el soldado que es.— ¿Ya planeas irte después de apenas sobrevivir en esta selva?

—De ser así, ¿Me dejaras ir?— Dije mientras me aproximaba más al muro.

—No.— Me tomo del hombro provocando que diera vuelta en su dirección.— Pero no me mal intérpretes, humana— dio un paso más hasta quedar cerca de mi cara, mirando mis ojos fijamente— si por mi fuera te sacaba con mis propias manos. No creo que tú presencia aquí sea algo bueno, sin embargo, Evaristo cree todo lo contrario.— dijo esto último desviando la mirada.

—No sabía que el capitán, líder de un ejército, hiciera caso a los caprichos del hijo de un rey.— Dije buscando molestarlo un poco, tratando de averiguar si mis sospechas eran ciertas pero, ignoro mi comentario, me tomo del brazo con fuerza y atrajo hacia él, como si quisiera protegerme de algo o alguien.

—¿Que te pasa?— lo empujé con todas las fuerzas que pude mirándolo confundida. Recibiendo de vuelta una mirada igual de confundida que la mía. Se miró el cuerpo, me miró, y negó con la cabeza.

—No es momento de explicaciones, volvamos a la casa.— Tomo de nuevo mi brazo y comenzamos a caminar, él miraba a todos lados hasta que su mirada se detuvo en un punto fijo, en la gran copa de un árbol había algo, solo no distinguía qué. Mientras avanzábamos parecía que esa cosa nos seguía.

—¿Qué es eso?— No pude ocultar el terror que sentía lo que provocó que se riera de mi.— ¿Esta situación te divierte?— dije molesta deteniendo mis pasos a poca distancia de la entrada del lugar en el que desperté.

—Entra.— dijo después de abrir la puerta y poner la mirada en aquello que nos seguía.

—No. Justo ahora sí prefiero que me ma...— Me vi interrumpida cuando me empujó con fuerza dentro de la casa y cerro la puerta en mi cara, pensaba quejarme cuando escuché la conversación que surgía del otro lado de la puerta.

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⏰ Última actualización: May 06, 2023 ⏰

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