parte 2

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Renata y Tony fueron amigos desde la secundaria, ya había cumplido su mayoría de edad, y Tony solamente era un año mayor.

Casi todos los días Renata salía a comprar frutas para su hogar y Tony era el encargado del puesto de verdura dónde trabajaba con su padre. De esa manera, veía a la chica la mayor parte del tiempo. Siempre se saludaban con ciertos gestos y fórmulas de cortesía, de modo que adquirieron un habito por esa cotidianidad de verse diariamente.

A ella le gustaba ser atendida por el joven cada vez que iba a la tienda porque su determinación en el trato era increíble. Y aunque no fuera la única chica que llegaba a ese local, a Tony le encantaba el hecho de encontrarse con Renata.Desde hace mucho tiempo Tony le decía cosas muy lindas.

–Estas muy hermosa hoy, Que linda sonrisa tienes, y diversos cumplidos que la hacían sentir muy especial.

De manera que siempre que le tocaba regresar a su casa, sentía una gran perplejidad, una mezcla de sentimientos que la hacían sentir un impulso irrefrenable de verlo nuevamente. No podía dormir pensando en ese chico que cada vez lograba extraer una sonrisa de su rostro

Noches sin Dormir: No te aferresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora