Mess - Walls (🆃🅴🆁🅼🅸🅽🅰🅳🅰)

20

La fiesta de mi hermano estaba siendo un poco más buena de lo que creí que sería. Supongo que beber y bailar son buenos planes sin importar nada.

Había estado un rato con Bri y con Vicky hasta que mi hermano decidió subirse a dar palabras y caerse desde ahí abriéndose la ceja, Bri se lo llevó a casa para curarlo dejándome sola con Vicky, luego está se fue con su ligue del momento Borja y me dejó sola.

No me gustaba estar sola, odiaba con toda mi alma estarlo sobretodo cuando giraba mi vista y veía a todos sonriendo y felices con sus amigos o con sus novios... Y yo no tenía ni amigos ni novio.

Había decidido que quería irme de aquí, honestamente eso era mejor que lo otro que tenía en la cabeza... Y es que desde que lo ví mi cerebro no dejaba de pensar en él, Ginés se veía bien, con la camisa de estampado raro y de botones, esos pantalones negros rotos y el cabello despeinado... Su puta sonrisa no desaparecía de mi cabeza y yo ya estaba cansada. Tan cansada que hasta por mi mente pasó la idea de ir hasta donde él estaba y decirle que dejáramos atrás lo que había pasado, que me gustaba, que estaba cansada de ocultarlo y que le diría a mi hermano la verdad...

Pero no lo hice, en su lugar me encaminé a mi misma hacía la salida bajando las escaleras hasta el primer piso en dónde como si fuese destino me encontré a Roger con otros amigos suyos. Me invitaron una copa y yo como no quería irme acepté, aún cuando estaba Patricio con nosotros acepté quedarme.

Él no trató de hablarme, no por un buen rato hasta que los otros dos se fueron a por bebidas y Roger se quedó hablando con una chica, ahí fue cuando Patricio intentó hablar con conmigo, al principio no quería escucharlo, pero con forme hablaba pensaba en que nosotros teníamos muchos años de amistad, que él era lo único que me quedaba de Fernando, su amistad era lo único que yo había tenido por muchos meses y no quería dejarla ir por algo tan estúpido como un par de comentarios extraños.

Hicimos las pases y para cuando los otros tres volvieron a reunirse nosotros ya estábamos bailando juntos, bebiendo como locos y riendo de muchas idioteces. Todo hasta que el imbécil de Patricio decidió besarme. ¿¡QUÉ LE PASABA?!

— Elisa perdón... —decía este mientras que yo me abría paso entre la gente a la salida, ahora sí que no quería estar acá.

Salí del lugar por fin recibiendo el frío aire en los brazos y viendo cómo a mi al rededor no había señal de vida, todos estaban adentro bailando y afuera no había nadie.

— déjame en paz Patricio, mirá, yo no sé porque me besaste si te piensas que el hecho de que te perdoné es una señal de amor o algo pero no es así, Pato yo te veo como mi amigo, mi amigo que es mi amigo porque era el amigo de mi novio... Jamás voy a poder verte como algo más porque tú eras el mejor amigo de Fernando... —lo miré a los ojos, Patricio cerró los suyos
— solo dame una oportunidad de estar contigo —se acercó a mi con intenciones de besarme, le negué la cara y miré a otra parte buscando hacía dónde huir, todo hasta que la voz que tampoco deseaba escuchar se hizo presente.

— ¿Está todo bien? —preguntó el rubio, Patricio lo miró y se alejó de mí
— ¿En serio Elisa, me dejas por esto? ¿Prefieres a un pijo? —apuntó a Ginés, no respondí nada, solo lo miré mal indicando que tenía que irse— como sea, disfruta de tu niño de casa —dijo enojado y se fue de nuevo dentro del lugar.

Suspiré y me recargué en el auto detrás de mi, escuché los pasos acercarse a mi.

— Elisa... —abrí los ojos y lo miré
— No Ginés, escucha, tenemos que dejar de estar con esto, vale, tú y yo simplemente no pegamos —no quería decir aquello, pero era lo mejor para él... Patricio tenía razón, él era un niño de casa, por eso me había negado porque yo no era una buena influencia para él, yo definitivamente era mala para él y era egoísta dejarlo quedarse porque yo solo le haría daño.— yo soy como chocolate amargo, vale, y tú eres tan... —lo miré a los ojos— eres demasiado vainilla para mí
— No soy vainilla Elisa, puedo ser chocolate, pero vainilla no —reí un poco
— pruebamelo —sonreí un poco, sus manos se aferraron a mi cintura y me pegó contra el coche pegando su cara con la mía...
— Puedo ser chocolate obscuro como tú, aunque no lo parezca —susurró cerca de mi boca...

Mi respiración se fue a la mierda, en ese momento todo lo que pensaba era en que me gustaba demasiado Ginés, aunque fuese vainilla y lo negara, pero no teníamos que separarnos por eso... Quizás la vainilla y el chocolate queden bien.

— besame —susurré entre ambos casi rogando que lo hiciera, ya está ya fue.

Como si el destino hablando me torturara la voz de mi hermano y de su novia me hicieron alejar a Ginés de mi con mis manos mirando al lado como efectivamente ni hermano venía hacia acá. Sonreí esperando que no hubiese visto nada.

— que hacen aquí? —preguntó Daniel, Ginés lo miró tan sorprendido como yo.
— Ginés me iba a llevar a casa —expliqué tranquila, Daniel alzó la ceja
— pero Ginés no sabe conducir —antrecerró los ojos
— íbamos a tomar un taxi ambos y me dejaría a mi para luego irse a casa él
— Bueno, los alcanzamos porque justo venía por ti —dijo mi hermano— gracias por ofrecerte a llevarla Ginés, pero tengo que llevar a mis niñas a casa yo —sonrió Daniel. Me puse el cabello detrás de las orejas y asentí
— tengo que decirte algo, Daniel —dijo Ginés haciéndome mirarlo confundida— ¿Puedo irme contigo a casa?
— sí claro, vamos —le respondió como si nada mi hermano.

¿Qué quería decirle? ¿Por qué quería ir a mi casa? Joder estaba asustada ahora.

elixsa: rojo tentación como la manzana que se comió Eva.

almabonet -damsinpila disfruten bebés