Nostalgia de Neón

Conexión

Conexión por necesidad en noches de pensamientos fatuos. Charlas oscuras y ambiguas, seguridad sin nombre, refugio incompleto.

Conexión instantánea, tal vez. Lazo no muy duradero, lazo intransigente y bondadoso, lazo real y anheloso. Las mentiras de la mente flotan medianamente, no llegan a ser reales por el momento. Para bien o para mal las mentes se abren y los corazones reciben el gris, azul y la piel del algodón.

Conexión predestinada. Momentos destinados, donde el futuro no existe y se aprovecha el presente, así como no se aprovechó en el pasado, porque de aquello nunca se habló, ni se comprende. Porque un secreto dura más si está conectado, y es más profundo si hubo algo predestinado.

Conexión condicional, limitada. Sonrisas que pudieron ser juguetonas no llegan a más, los pixeles se derriten con el paso del tiempo, y la idealización no se cumplió.

Conexión interrumpida, el caparazón de mármol no se terminó de confabular en las noches sin fogata, ni estrellas, ni luna. El viento tejió los sentimientos, los que divagan con las luciérnagas y los venados.

Conexión honesta, conexión que estaba destinada a terminar en augurios del ocaso constante. Conexión provechosa, por instantes, por capas, por mentiras y verdades. Por nostalgia y por amor.