EPISODIO 26: La habitación de la música.

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La camarera le abrió la puerta del apartamento y le pidió que la siguiera. Recorrieron el largo pasillo hasta llegar a la habitación dónde la joven le dijo tenía que esperar. Era una habitación particular, no había muchos muebles en ella, tan solo un piano, un par de sillas, un sofá de terciopelo verde y un armario donde se veían varias fundas de lo que parecían ser violines, guitarras y otros instrumentos de cuerda. En las paredes completamente cubiertas de un material curioso que parecía servir para insonorizarla también había algunos cuadros, todos ellos relacionados con la música. No pudo evitar que su mente pensara en su hermana, Valerie se volvería loca en un lugar así. Al lado del piano había un aparato de música, buscó los botones para encenderlo y la melodía de un piano golpeó el silencio desde todos los ángulos de la habitación. La acústica era perfecta, Alex cerró los ojos y se dejó transportar por aquella música hipnótica. Se sentó en el gran sofá verde y dejó la mente en blanco. Alex se imaginó a Emma al piano, acariciando las teclas con sus manos perfectas y la melodía cobró una belleza nueva y sorprendente. No la merecía, de eso estaba cada vez más convencido. Cómo había tenido la suerte de conocerla ya era un misterio, pero que además ella se hubiera interesado en él era todavía más irreal. Pensó en las estadísticas, ¿Cuántas personas acababan sus días con su amor del instituto? Muy pocas. Casi ninguna. Y sin embargo Alex no podía imaginar cómo aquello que sentía pudiera cambiar por muchos años que pasaran. Y así sería, estaba escrito en miles de libros, desde la antigüedad hasta nuestros tiempos, que el amor se transforma, evoluciona y a veces, muy a menudo de hecho simplemente desaparece. Alex alejó aquel pensamiento que giraba en espiral intentando ahogarlo, no sería así para ellos. Su amor no podría romperse, ni disolverse en la nada así sin más.

Después de un par de piezas musicales más, la puerta de la habitación se abrió y Emma se acercó para sentarse en el sofá con él, sin embargo no había ni rastro de Adam. Emma lo miró fijamente a los ojos y se acercó a besarlo. Alex sintió algo extraño y nuevo, fue como si aquel beso lo devolviera a un lugar del que le habían arrancado con violencia. Se dio cuenta de cuanto realmente la había echado de menos y hubiera querido tener la certeza de que ese tiempo que podían estar juntos durara para siempre, sin embargo le angustiaba saber que tendría que volver a separarse de ella, sin saber cuando volvería a tenerla toda para él.

-          Has tardado una eternidad ¿Y Adam? – preguntó Alex separándose lo justo para poder hablar.

-          En su cuarto. Podemos estar solos un rato. – dijo Emma guiñándole un ojo.

-          Define un rato. – preguntó Alex volviendo a besarla.

-          Suficiente para lo que estás pensando.- dijo ella separándose para quitarse el jersey y la camiseta.

-          Nunca tendré suficiente de nada contigo pequeña.- dijo él volviendo a besarla.

La besó como se besan los milagros, de repente la prisa y la urgencia que había sentido se habían transformado, quería dar sentido a cada segundo, quería saborear cada centímetro de su piel y retener en su memoria el sonido de los latidos de su corazón en su garganta, y la tonalidad de rosa que tomaban sus mejillas cuando él la acariciaba, quería ser capaz de recordar cuán distinto era su olor en distintas partes de su cuerpo. Pero sobre todo quería impregnarse de valor, el coraje necesario para hacer lo que fuera necesario para defenderla, para salvarla y traerla de nuevo a su lado.

La melodía del teléfono de Emma los interrumpió al cabo de un tiempo que aunque pareció breve se acercaba a una hora, y aunque Alex intentó que ella lo ignorara los dos sabían que esa melodía indicaba el final de su tiempo juntos. Emma contestó al teléfono mientras separaba las prendas de ropa que eran suyas de las que eran de Alex. Cuando le acercó la camiseta él retiró el brazo y se la ofreció a ella mientras se cubría el torso desnudo tan solo con la sudadera negra.

Lo que haré para salvarte- #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora