Mi nombre es Christian Grey, tengo 27 años y soy el reconocido multimillonario y soltero de todo Seattle. En la actualidad, me considero un hombre frío, solitario y amargado. Esto es por dos razones: mi desconfianza hacia las mujeres, y lo otro es...
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'POV' CHRISTIAN.
Durante el día me he impuesto un montón de trabajo con el único fin de despejar mi mente al menos por un par de horas, ya que últimamente no dejo de pensar en cierta castaña de ojos azules, quien me trae completamente loco. Sin embargo, no ha funcionado tan bien como hubiera querido pues no podía evitar sentirme ansioso por el simple hecho de saber que pronto volveré a verla. Además, también estoy un poco inquieto por el hecho de que hace mucho tiempo que no he tenido ningún tipo de relación con alguna mujer, y sinceramente no tengo ni idea de como vaya a resultar esta cita con la señorita Steele, lo cual me frustra demasiado porque estoy tan acostumbrado a tener todo bajo control para así evitar que suceda cualquier imprevisto.
Al parecer mi hermano es el único de los dos que tiene absoluta seguridad de que no hay mujer más perfecta para mí que Anastasia Steele. Y la verdad, es que si antes me negaba a creerlo ahora lo estoy poniendo en duda, pues si en algo tiene razón Elliot es que nadie sabe lo puede pasar si no se arriesga. Pese al temor de volver a salir lastimado, también esta ese temor de arrastrar a Ana en mis mierdas y es algo que me niego a que pase, pero he comprendido que primero tengo que saber lo que ella piensa de todo esto, y sobretodo si esta dispuesta a cruzar un camino entero lleno de piedras para finalmente poder llegar a mí.
Pero admito que tengo miedo de terminar por joder lo que sea que pueda llegar a tener con Anastasia en un futuro.
《 Todo irá perfectamente bien mientras te comportes y no seas un idiota con ella, la mayoría del tiempo.》
Mierda.
Estas jodido, Grey.
Con eso en mente me concentro en revisar algunos documentos importantes para realizar futuras inversiones que beneficiara a mi empresa.
[...]
Ahora me encuentro en el auto junto a Taylor, mi guardaespaldas, a unas cuantos metros de la editorial esperando por volver a ver esos hermosos ojos azules. Y ya me imagino que se estarán preguntando lo siguiente: ¿Cómo es que sé donde trabaja la señorita Steele?... Y solo diré que para Christian Grey no hay información que no obtenga, pues para eso prácticamente tengo a un ejercito de informantes y tecnología a mi entera disposición. Y es por esa información beneficiosa, que pude confirmar que hasta el momento todo lo que nos ha contado Ana sobre ella y su familia es absolutamente cierto. En cierta parte, eso me alivia un poco pues por esa razón es que también me atrevo arriesgarme, pues ya una vez confié en alguien sin haberla investigado antes y el más jodido de todo eso fui yo.
Es gracias a mi hermano Elliot, quien a pesar de mis inseguridades y baja autoestima ha sabido hacerme entender por las buenas o por las malas que no por el hecho de que una mujer sin escrúpulos me jodió la vida, tengo el derecho de compararlas, pues esa castaña parece ser más inocente e ingenua que todas las mujeres que he conocido durante mi juventud.
