CAPITULO 2: ¿DÉJÀ VU?

35 7 0
                                    

Sitio: Terreno baldío
Tiempo: 17:08 he

A pesar de haberme enojado con Jonathan y Camila seguí en contacto con ellos para iniciar de nuevo nuestra amistad, a unos días de acabar el mes me quedaba mucho rato en las nubes con algunas imágenes que muy apenas y se quedaban grabadas en mi mente.

Se había vuelto constante escenas repetidas que me sacaban de órbita así que busque mi diario y comencé a escribir.

Diario
12:51 p.m.

Esta mañana topé con un amigo de años atrás que se dirigía a la parada de autobuses, en un cerrar y abrir de ojos llegué a mitad de calle cruzando cuando de golpe frenó una Toyota azul a unos centímetros de mí.

Lo curioso y muy extraño es que nadie volteó a ver como suelen hacer al oír tremendo frenazo, pero ya me había pasado hasta que me puse a pensar - ¿Es posible que pase más de una vez la misma escena? - estaba confundida, más asustada que confundida.

Víctor

06:45 a.m.
Mientras hacía tiempo para entrar al edificio acompañaba a un chico que me agradó demasiado, poco a poco me fui haciendo sociable con los que me rodeaban.

Victor: Me voy a ir pronto de la ciudad.

¿Enserio? - respondí algo triste - ¿Regresarás?

Victor: No lo sé - respondió con un suspiro.

¿Mínimo podrías dejarme tú número o correo para seguir en contacto? - le dije algo nerviosa

Victor: Claro, deja te agrego.

Gracias Víctor, te voy a extrañar - contesté con una sonrisa.

Nos despedimos con un abrazo y nos marchamos a nuestros salones de clase. Victor tenía unos días de tratarlo y me adapté tan pronto a su forma de ser que de verdad lo extrañaría, era como un mejor amigo a quien podía contarle mis cosas sin pena alguna pero qué podía hacer.

Módulo libre

Lo típico de los módulos libres en el edificio cada quien haciendo su desmadre mientras me ponía los audífonos para reproducir mi música y reposar un rato en el mesa banco, cerré unos minutos mis ojos y escuché la puerta del salón.

Para cuando abrí los ojos el salón quedó vacío y mire por la ventana todos afuera con sus loncheras. Ya que no tenía datos bajé del segundo piso a robar internet para chatear con alguien, para mí suerte Jonathan estaba en línea.

- ¿Hola? Buenos días

- Jonathan: Buenos días

- ¿Qué haces?

- Jonathan: Voy llegando a casa

- ¿Fuiste de compras?

- No, estaba en tu ciudad por una misión.

- ¿Qué? (¡¿ESTUVO EN LA CIUDAD Y NO ME DIJO!?)

Respondí algo inquieta - ¿Por qué no me dijiste?

- Jonathan: ¿Por qué tendría que decirte? No eres mi novia.

(Un momento de silencio en mi interior)

- Entiendo, disculpame lo olvidé. - respondí algo molesta.

No pude comer nada en el descanso, la respuesta de Jonathan me quitó el apetito de golpe.

Mi Diario SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora