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Ana siempre me recordaba: " ¡Quejar se del dolor es como quejarse de nuestra amistad!"

Muy pronto, mi mente estuvo llena de números, las cosas que consumía, las calorías que quemaba, las medidas, las tallas, el peso, ma ropa... La que usaba hoy y la que tenía que usar dentro de un mes.

Ella era la encargada de que llorara todas las noches, su secreto era hacer que me viera gorda siempre, no le interesaba que hubiera bajadado 2, 5, 10 kilos, los que fueran... " No me importa, ahora estoy en tu mente y te vas a ver gorda siempre que yo así lo quiera. Nunca vas a ser lo suficiente delgada."

Cuanta razón tenía.

Me dijo que iba a lograr que controlara mis comidas y que lograra escapar de ellas. ¡ Sabía tantos trucos!

Algunos días la jugada me salía bien, pero otros, sin embargo, no era tan buena actriz y terminaron por descubrirme.

Luego consiguió que perdiera no solo peso, si no también gente inncesaria, gente que, según ella, no valía la pena, esas personas "no eran mis amigas" ¡solo lo era ella!

La marionetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora