4. Rubius

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Pov. Luzu

Alguien llamó a mi puerta. Pasé un pañuelo por mi rostro, y fui corriendo al baño. Me lavé la cara y me miré al espejo. Esperaba que la visita no notara el enrojecimiento de mis ojos. Llegué a la puerta, y la abrí.

Luzu: ¿Rubius?

Rubius: Menos mal que estas en casa, no encuentro a Vege. ¿Sabes dónde puedo encontrarlo? Willy y Fargan no me querían decir...

Luzu: ¿Vegetta? ¿Qué quieres ahora de él? ¿Acaso no le has hecho bastante daño ya?

Rubius: No, de verdad que no quería romperle el corazón, solo-

Luzu: Deja de mentir. Yo estaba allí, en la boda, ¿Sabes? No me creo ninguna de tus sucias mentiras.

Mis ojos volvieron a traicionarme, dejando que esa poca cantidad de agua que quedaba, volviera a resbalar por mis mejillas.

Rubius: Luzu...

Luzu: Ya le has hecho sufrir bastante, será mejor que te vayas.

Rubius: Yo no quería de verdad, no tenía elección.

Luzu: Guarda tus excusas.

Vegetta: ¿Luzu? ¿Estás llorando?

Las lágrimas evitaron que lo viera llegar. Rápidamente, las sequé con mis mangas.

Luzu: No, solo... Da igual. ¿Qué haces aqu-

Rubius me interrumpió.

Rubius: ¡Vegetta! Menos mal que te encuentro, necesito hablar contigo. Es sobre lo de la boda. De veras que no querí-

Y ahora fué Vegetta el que interrumpió.

Vegetta: Para, Rubius. Creo que todos los que estamos presentes somos conscientes de que dejaste todo claro aquel día.

Rubius: Escúchame, por favor.

Vegetta parecía que lo estaba ignorando.

Luzu: Deberías irte. No parece que vaya a hablar contigo.

Rubius parecía apenado. Me sentí algo culpable, pero también sentía que se lo merecía. Al final, pareció rendirse, y se fué.

Luzu: Gracias por ayudarme a echarlo, pero ya puedes irte.

Vegetta: No sabía que estaba aquí. Venía a hablar contigo.

Traté de evitar mirarlo, y entrar en casa, pero su mano agarró la mía. Haciendo que me detuviera. Mi corazón comenzó a ir a mil por hora.


Pov. Vegetta

Luzu parecía no querer hablar conmigo. Trató de entrar en su casa, cerrando la puerta tras de sí, así que agarré su mano intentando que se detuviera. No pensé que funcionaría, pero si que lo hizo. Y, por alguna razón, sentía que no quería soltar su mano.

Vegetta: Hacía mucho que no hablábamos. ¿Cómo has estado después de lo que pasó?

Luzu: Bien. Me alegra que ya estés mejor, que hayas salido adelante, y que todo haya acabado bien... Para ti.

Esas últimas dos palabras las dijo tan bajito, que no llegué a escucharlas correctamente.

En un movimiento rápido, mientras andaba distraído, Luzu se soltó de mi suave agarre, y entró en casa cerrando la puerta después. Yo no estaba muy convencido sobre su respuesta. No parecía estar bien, y menos después de haberlo visto que había llorado.

Vegetta: Luzu...


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31/08

Se me ha pasado la hora, perdón




Air feelings [Luzugetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora