Hacia lo Prohibido ©

Capitulo 1 | El comienzo de todo

⚠︎ Advertencia⚠︎

Estás leyendo una versión corregida y revisada con cuidado de la novela. Si eres nueva disfruta de la lectura mejorada. Ahora sí eres antigua bien que notarás la diferencia.

Debido a esto es que no verán comentarios en los párrafos, aún así no vaciles para comentar o volver a comentar, me sentiría muy bien ya que lo pensé por mucho y despegarme de los pocos comentarios que ya habían fue difícil.

El haber corregido no quiere decir que ya no haya errores de redacción u ortografía, claro que no, sí habrá pero en menos cantidad que antes.

||Propiedad de Nara, todos los derechos reservados. Si ves plagio sobre mi novela avísame por favor.||

• ───────── ✾ ───────── •

El comienzo de todo.

Collet.

26 de agosto del 2015, Brooklyn, Nueva york.

¿Se han preguntado alguna vez sobre, qué puede ser lo peor que les pase en una noche de fiesta en un bar que no conocen?, ¿no? Yo tampoco me lo pregunté hasta el día de hoy, porque, ¿quién diablos va a tener tanta mala suerte para presenciar un acto tan desagradable, como el de encontrarte a una pareja teniendo sexo encima de los lavamanos del baño de mujeres?

Sí, efectivamente esa soy yo, cariño, pero déjame contarte un poco más de contexto antes de este peculiar suceso:

Son las siete de la noche, debería estar estudiando, adelantando tareas para mañana, o solamente estar descansando para madrugar el día siguiente, pero no, estoy en los baños de una gasolinera, con Allie al otro lado de la puerta exigiendo que salga rápido porque se nos hace tarde —no sé específicamente al qué es que llegamos tarde—, mientras que yo lucho por acomodar mi ropa interior dentro de un vestido pegado y muy corto que me ha prestado ella.

Toca una vez más la puerta y suspiro rindiéndome con los bordes del vestido que no se acoplan a mis muslos y terminan subiéndose más de lo que me gustaría. Agarro mi ropa que traía puesta de la academia, la doblo como puedo y la guardo en mi mochila, Allie toca otra vez, me exaspera y termino abriendo de mal humor.

—¿Por qué tienes que ser tan molesta? —le reprocho saliendo por completo.

—¿Por qué tú tienes que ser tan lenta? —se defiende, cruzándose de brazos—, era solo colocarse un vestido.

La miro mal, ni le respondo y paso mi vista al espejo frente a nosotras, me recorro con la mirada hasta donde me lo permite el espejo e instantáneamente hago una mueca de disgusto al ver los tirantes de mi sostén sobresalir mucho más que el tirante del vestido.

—No me gusta —murmuro, tomando el tirante derecho entre mis dedos para ocultarlo lo mejor que pueda.

—Quítatelo. —Escucho que dice Allie, no le entiendo y volteo a verla.

—¿Qué me quito?

Deja de verme el pecho y sube lentamente su mirada a la mía, demostrando que su paciencia se ha acabado. Pues no es la única eh, ella se encargó de fastidiarme mucho antes, cuando lo que quería después de entrenar en la academia era ir a mi casa y me invitó, o no, me exigió, acompañarla a un bar, y ahora estoy acá, cansada e incómoda con lo que cargo puesto.