that fourteen. (part 2)

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No era tonto.

Él era el causante de un sinfín de locuras y tonterías, pero no era un tonto.

Todas estas noches, no logró dejar de pensar en la forma tan extraña en la que Joel se ha comportado en los últimos días. Debido a su permanente estadía en Miami por los preparativos para el nuevo disco y tour mundial, tenían un par de horas libres para salir juntos. En verdad, él amaba pasar tiempo con el rizado, desde que tiene uso de memoria. Amaba hablar con él, jugar con él, compartir secretos con él, y muchas cosas más pero que se sentían mejor con la compañía del mayor.

Sus sentimientos seguían intactos. Joel era capaz de robarle el aliento apenas verlo. Luego de su ruptura con Jessica, se notaba a distancia lo bien que se encontraba y no le preocupaba lo que pensaban de él. Se disculpó con Jessica y ella acabó por perdonarlo. Actualmente, eran buenos amigos.

En una de sus tantas noches de reflexión, se cruzó por su mente la posible razón del inusual comportamiento de Joel. Recuerda que un rojo vivo lo tomó de pies a cabeza. Se originaban tantas respuestas a aquella pregunta y todas le inquietaban. La que más acertaba con las singulares actitudes del rizado concluía que, quizás, Joel sentía algo por él.

Aunque era imposible.

Imposible.

Joel era heterosexual, ¿no?. Sólo eran mejores amigos, casi hermanos. Pasaban mucho tiempo juntos y se volvía complicado para él tener que pretender sentir simplemente amistad por el mexicano, además de demostrarlo y restringirse a sí mismo de ciertos actos que lo delatarían.

Aunque, el tiempo corría y Joel aún no presentaba formalmente a una novia. Pimentel podría estar con quién quisiera, no se consideraba difícil caer a sus pies. Según lo que él le comentaba, Joel no se sentía listo para comenzar una relación y tampoco quería hacerlo ya que no gustaba de nadie. Y eso era extraño porque lo conocía perfectamente, sabía que Joel era fácil de conquistar; así que tenía dos opciones, el rizado le ha estado mintiendo o le ha estado ocultando algo.

Joel prometió no mentirle más. Realmente, esperaba no volver a pasar por lo mismo. Él le creyó todo, cada palabra, frase y oración dicha por el rizado al momento de disculparse, internamente rezaba por no equivocarse. Ocultarle cosas no era un suceso susceptible, la transparencia de Joel se hacía presente mayormente con el pasar de los meses, y él se sentía realmente orgulloso del mayor. Por lo que, ambas opciones desaparecieron velozmente.

Se molía la cabeza esforzándose en encontrar una única asunción. Quizás, si su mayor sueño tuviera altas probabilidades de cumplirse, Joel gustaba de él. Estaba seguro de que en otro mundo en una vida distinta, ellos serían novios. Lo analizó varias veces antes de caer en brazos de Morfeo. Joel y él, sonaba bonito en su mente. Una muy bonita pareja, compartiendo la felicidad del otro y realizando todas esas actividades que acostumbran los novios.

Sin embargo, del dicho al hecho hay un largo trecho. Y era, casi imposible, que ellos fueran novios.

Soñar es gratis, dicen algunos.

No logró conciliar el sueño, por más que lo intentó. Tenía que ir al estudio y a los ensayos, por ello, debía de dormir lo suficiente para tener un buen ánimo más le costaba conseguirlo por sus pensamientos nocturnos.

A la tarde siguiente, se encaminó a charlar con el ecuatoriano. Necesitaba con premura librarse de eso que no lo dejaba dormir tranquilamente por las noches. Acabó de grabar su verso en el nuevo sencillo llamado "Honey Boo", y vio que el castaño estaba en el sofá del estudio junto a Zab, charlando.

-Hey, chicos- el ojiverde los saluda, sentándose al lado de Zabdiel- ¿en qué andan?

-Erick, hermano-responden ambos al unísono- aquí 'tamos, pasando el rato. Sólo falta que Richard grabe para irnos al hotel.

Only Told The Moon. [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora