"Estaba tan rota, triste, sola, pero ya no más. Es hora de obtener lo que merezco, es hora de que mi corazón reboce de gozo y amor.
Mi destino esta en mis manos y no dudaré ni por un instante en obtenerlo"
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Sigo un poco incrédula acerca de lo que acaba de suceder. No pongo en duda la existencia de los espiritus, menos cuando vi unocara a cara, pero me parece un poco surrealista.
La luz del sol me pega con intensidad en el rostro y siento su calor correr me por la venas, alimentando el fuego en mi interior.
Ese feo y débil fuego que ahora posees.
Pienso en mi siguiente movimiento
¿En serio haré lo que la luna me pide?
Anoche estaba algo confundida y desorientada pero ahora con la cabeza fría debo considerar esto con mayor visión, de forma inteligente.
—¿Qué tan dispuesta estas en hacerlo deaparacer?
Me quedo quieta y tensa al oír a mi madre. Esta parada junto a mí, juzgandome como siempre.
Su mirada refleja algo que mueve una parte de mi interior y hacer que duela. No se descifrar muy bien que es.
—No te interesa
—Azula ¿Crees que tendrás otra oportunidad como esta?
—¡No es de tu incumbencia!
Y así tan rápido como su aparición se pierde entre la nada.
¿Acaso quieres un abrazo de mami, Azula?
Gruñó en desesperación, es esa molesta voz otra vez. Solo está aquí para recordarme mis fallos.
De mala forma me levanto del suelo, retiro las ramas y hojas de mi cabello y ropa.
Me siento un poco viva gracias al calor del sol, un poco motivada.
¿Ahora qué?
Mi estómago ruge en busca de mi atención. Tengo hambre.
Recorro el bosque en busca de algo para comer. En la orilla del río hay unos arbustos con frutos en el.
De grandes platillos a esta pequeñez. Patético.
Tomo algunas y las examino. Son moradas y redondas, su olor es dulce. No reconozco el fruto pero no es como si estuviera en posición de rechazarlo.
Al probarlas saben dulces al inicio pero extremadamente ácidas al final. Tomo un gran puño y lo meto a mi boca. Mastico rápido para deshacerme de esta horrible sensación que me provoca.
