Una locura.

12 2 0
                                    

Las noches desde ese día se sentían más largas que años de sueño. Quizás era porque no hacía otra cosa más que buscar información, información de grupos armados, de los nombres de políticos que bueno la palabra "político"encajaba con la definición de: "ladrón el cual también había usado todo lo que robó para realizar tráfico de drogas, de armas y de inclusive personas. El país era una empresa dirigida por delincuentes que se hacían aún más ricos a costilla de nosotros." Una vez que empiezas a unir cabos, la palabra político toma esa definición propia que sólo se aplica aquí en el país de todo al revés.

Tras la muerte de Karen y Rick no podía dormir. Quizás sea porque ahora tenía cosas que nunca pude experimentar. Ver películas y escaparme en las historias, escuchar música e irme con las melodías, siempre encontrando una manera de escaparme, de huir de mi realidad y de mi entorno. Pero no podía, no era lo suficientemente madura como para ignorar todo a mi alrededor por mi bienestar además de que no duraría para siempre, la música y los películas se irían una vez que la compañía cortase los servicios de televisión por cable e Internet, ya que no estaba en posición para poder pagarlos.  Y tras eso se esfumarían mis escapes y solo quedaría la realidad. En la realidad venían los pensamientos, usualmente en la madrugada, la mirada de ese niño y la sonrisa de la señora Ana, recuerdos que no me dejaban dormir un solo segundo. Pero sobretodo había una pregunta que jamás dejaba mi mente a cualquier hora o lugar, ¿no hay nada ni nadie qué pueda liberarnos de este infierno? Nunca llegaba una respuesta clara, nunca llegaba a ver esa luz al final del túnel. Tal vez eso era lo que tenía que suceder, porque al final del día los problemas no son más que la materialización de lo peor de nosotros.

En esta noche fría de febrero, buscando información de toda la situación actual, viendo lista de nombres y hurgando en noticias mientras leía viejas conversaciones de Rick. Llegó la idea que tanto estuve esperando sin saberlo. Y comencé a escribir, corrí a buscar una libreta y empecé a apuntar todo lo que se me venía a la cabeza, que entre garabatos y nombres sueltos parecía tomar forma. Un plan que contemplaba todos los fallos que cometieron los que en algun momento intentaron hacer algo, las horas pasaban y las hojas con información se comenzaban a acumular tanto el suelo como en el escritorio. Ideas mejores y peores daban paso a un plan increíblemente elaborado. Necesitaba dinero, personas que fueran subordinados...necesitaba aliarme con aquellos que serían mi objetivo. Fue en ese momento cuando los perfiles de ellos llegaron a mi cabeza y supe que tendría que encontrar una forma de convencerlos.

Y los tres perfiles que buscaba eran: Leónidas, un chico irreverente y totalmente confiado de si mismo. Hijo de una de las víctimas del golpe organizado, su padre un alto mando de la milicia a la par que era un alto mando en negocios ilícitos. El aspecto físico de Leónidas iba a juego con su personalidad extrovertida y de un porte ostentoso. Sus ojos grandes y verdes, que a veces se escondían tras su lacio cabello cabello castaño. Una nariz recta y prominente, unos labios que no eran finos ni gruesos que encajaban perfecto en su rostro delgado y simétrico. Él sabía que estaba atado a las miradas, pero a pesar de ser el estereotipo perfecto de idiota deportivo, por el contrario era increíblemente elocuente e inteligente, usando todo su conjunto de cualidades para conseguir lo que quería y cuando quisiera, era un manipulador de primera.

Por otro lado tenemos a Demián que era el mejor amigo del mencionado, y no podía ser más distinto a Leónidas. Su contextura era delgada, de facciones afiladas y finas, con unos ojos de un azul hielo los cuales eran fríos y lúgubres como si no hubiera nada en su mirada, a su vez estos se ocultaban detrás de su cabello ondulado y negro que contrastaba con lo pálida de su piel. Reservado e introvertido pero sobretodo desinteresado en la mayoría de personas, siempre estaba en el medio, nunca destacaba ya sea para bien o para mal el siempre se mantenía distante y neutro, con una mentalidad pragmática que daba la sensación de importarle todo una mierda, pero por el contrario también parecía poder llegar a ser alguien manipulable.

Estrellas ardientes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora