Irina:
Luego de conversar con Leónidas acerca de recibir ayuda de su contacto, tuvimos una reunión en grupo en la misma sala y a la misma hora de siempre. Mayida planteó que deberíamos tratarnos con normalidad, como si fuésemos amigos, ya que a final del día alguien podría terminar descubriendo que nos reuníamos en diversos días en la sala de música. Y aunque era prácticamente imposible hacer las conjeturas necesarias para llegar a saber lo que hacíamos, nos preocupaba más el mantenernos a un perfil bajo cosa que sería ideal considerando lo que estábamos barajando, y sobretodo las consecuencias que podría traernos el dar un paso en falso.
Y así pasaron los días, yo me reunía con estos tres chicos con los cuales fingía ser amigos íntimos, pero siendo sincera yo sólo me limitaba a leer cualquier cosa que fuera de mi interés o a informarme acerca de la situación actual del país, desde la criminalidad hasta los nuevos movimientos de los grupos organizados, y todo gracias al teléfono de Rick que contaba con una cantidad considerable de información. Sin embargo mis habilidades sociales no estaban mejorando con esas actitudes, y no quería conformarme con ellas resignándome a una participación pasiva en el grupo. Así que hablaba, sobretodo con Demián el cual aunque no era muy hablador tampoco, era el único con el que tenía cosas en común que nos interesaban a ambos lo suficiente para mantener una conversación. No era demasiado especial, pero cuando se trataba de arte en cualquier ámbito nos entendíamos muy bien, y gracias a la reciente adquisición de mi teléfono cuando había electricidad y wifi escuchaba alguna que otra de sus recomendaciones musicales. Pero nunca se rompió esa barrera entre nosotros en ningún momento hasta la fecha, jamás dejábamos ver más allá de quiénes queríamos mostrar y así estaba bien, porque si hay algo que retrasa cualquier tarea son los sentimientos y sin duda los más peligrosos eran los de apego, y nadie quería arriesgar o retrasarse en nuestro grupo.
Un día antes de que fuéramos a encontrarnos con este hombre llamado Lucas, conocido por entrenar a personas en el manejo de armas y defensa personal contra el secuestro organizado; Mayida quiso hablar conmigo, y me pidió la absoluta verdad de mi situación económica actual. Y aunque no entendía sus intenciones y tampoco tenía la total certeza de que era lo correcto contarle. Lo hice. Le expliqué que no tendría más dinero luego de dos meses a este ritmo, cada día todo se volvía más difícil de conseguir y mantener algo parecido a una vida estable era una idea cada vez más lejana. Y entonces ella sólo dijo: "si dejas tu orgullo de lado, puedes quedarte en mi casa. Evidentemente cubriendo todos tus gastos." Y sin ninguna expresión, la mire y quizás fue la rabia de pensar que tendría que convertirme en el parásito de Mayida, y a su vez la impotencia de entender que ser un parásito de esa total desconocida iba a ser lo mejor que me podía pasar en la vida en mi situación actual.
-¿por qué quieres ayudarme?-no sabría definir mi tono, al igual que tampoco podría definir mis emociones en ese momento exacto.-
-Para ser tan inteligente pareces perder el hilo de las cosas en momentos puntuales, pero creo que la mejor respuesta que puedo ofrecer es una pregunta, aquí va ¿sabes por qué esta escuela te acepto?-Se apoyo en el muro que se encontraba detrás de ella, sin duda alguna su mirada era perturbadora.-
-Mi respuesta más pragmática y rápida sería decir que fue que lo consigue gracias a mi esfuerzo. La beca que me dieron me permitió entrar a esta escuela, sin embargo dudo que esa sea la respuesta que buscabas.-Las palabras siempre salían de mi boca más lento cuando hablaba con Mayida, pronunciaba cada palabra con cuidado ya que eso me hacía sentir que lo que decía era algo que merecía ser escuchado, y ella siempre parecía escucharme.-
-Es por tu apellido.-Respondió.-Yo soy parte del comité directivo, y el director estuvo hablando de lo interesante que era tu perfil. Tus notas fueron excelentes, pero así eran las de todos los demás y más allá de que habías ganado un par de concursos de literatura, nada te hacía mucho más especial.-La verdad, había tomado el mal hábito de ser decepcionante y ahora no era la excepción.-Tu padre murió, y tu madre no tuvo más que aportar más allá de su firma en la beca. Una alumna prometedora en la literatura, junto a una muerte prematura de un padre que estaba a punto de dar el paso a ser reconocido en ese ámbito. Y entonces, una chica que no tiene nada más allá de problemas, es salvada por una institución altamente altruista y con una gran fe en las oportunidades para todos, como es nuestro adorado instituto.-La teatralidad en su historia, hacía que por momentos se me olvidara que yo era la protagonista de la misma.- ¿Brillante, cierto?
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Estrellas ardientes.
General FictionEstoy a punto de morir, todo se siente frío y la cabeza me da vueltas al compás de todo el caos a mi alrededor. Aunque ahora tenga diecinueve años, y sea una edad temprana para morir...realmente me siento feliz de poder decir que estoy muriendo. Y e...