Extra Ordinaria

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Escuchaba ruidos en la casa. Los demás se deben haber despertado.

De repente, algo se mueve debajo de mi.

Espera, ¿desde cuándo mi cama se mueve?

Abrí los ojos y me encontré con la imagen más perfecta y tierna del universo. Si, así de cliché.

Cinco seguía dormido, sus facciones relajadas, lo envolvía un aura de tranquilidad que no encajaba con el contexto en el que estábamos, con el fin del mundo acechándonos. Sus pestañas rozaban sus mejillas que estaban un poco rosadas y su pelo hecho un enredo.

Yo tenía mi cabeza en su pecho y él la usaba como almohada. Estábamos abrazados y teníamos nuestras piernas entrelazadas.

Con razón estaba cómoda.

-¿Te gusta lo que ves?-preguntó Cinco, abriendo un poco sus ojos y sonriendo como todo un galán.

Mierda.

-Yo mejor me voy-traté de levantarme pero Cinco me volvió a tirar sobre él, quedando demasiado cerca.

Mierda x2.

-Mmm...¿que planes tienes para hoy?- le pregunté, intentando ignorar la situación.

-Seguiré vigilando al médico, siento que nos ocultó algo-respondió.

-Yo me voy a quedar-dije- Quiero pasar más tiempo con el resto de la familia.

-Ah... ok-contestó, se lo veía como desilusionado.

Nos quedamos en silencio, como anoche, pero mi mirada cayó en sus ojos. Esos ojos cafés, tan comunes en la mayoría de las personas pero que los hacía lucir como únicos. Esos ojos que me miraban con ¿admiración? No se, no soy buena en estas cosas.

De repente vi que esa mirada caía a mis labios. Cinco amagó para acercarse pero yo me separé.

-Voy a cambiarme y desayunar- comenté-¿Nos encontramos abajo?-dije ya estando en la puerta.

-No, me voy directo al hospital- contestó mientras se sentaba en su cama, no me miró ni por un segundo.

-Bueno, adiós.

Cerré la puerta y me metí en mi habitación.

¿Que rayos acaba de pasar?

¿Me quiso besar? ¿Por qué? ¿Me corresponde? ¿Qué pasó con Dolores?

Mi corazón bombeaba demasiado rápido y mi cerebro se llenaba de incógnitas.

Me lavé la cara, me vestí y peiné mientras seguía dando vueltas al asunto.

Cuando salí a desayunar pensé:
¿Y qué siento yo?

Bueno, creo que es obvio que siento cosas por él. Digo, me vuelve loca, no hay nada que no haría por él, sé que es mi hermano, no biológico pero nos criamos como si lo fuéramos. Pero no puedo evitar que mi corazón se acelere con la sola mención de su nombre, o que mi cabeza se quede en blanco cuando usa su ingenio y que mis sentidos y mi razón se nublen cuando está en peligro.

Estoy jodida.

Cuando pasaba por la sala escuché a Luther decir:

- A mi me gusta menos que a ti- hablaba con Allison- Pero ella oculta algo.

-¿Quién oculta algo?-interrumpí cuando entré.

-Dile tu Allison- contestó el grandote- Tu viste la cinta. Grace sabía lo que hacía.

-¿Grace?- pregunté.

-Encontré una cinta-dijo Allison- Se veía como mamá estaba en el momento que a papá le da el infarto y no hizo nada.

Número 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora