「⸙͎CAPÍTULO III」

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 — ENTONCES, ¿Nos vas a contar por qué estamos aquí? — Preguntó el pecoso con impaciencia — Aún tengo que cobrarle a esa chica por las fotos —.

 Iida se arregló los lentes y miró con seriedad a al chico más bajo, que sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Por qué tenía amigos tan aterradores? 

— Bueno, Midoriya, de eso quería hablarte — Izuku levantó una ceja e hizo un ademán con la mano animándole a continuar — ¿A quién le vendiste tus fotos? Nunca nos contaste,  tengo... curiosidad —.

 Tal como hacía cuando estaba nervioso, empezó a jugar con sus manos — Uh... no sé, a una chica cualquiera. Era, uh, fan del Señor Hitoshi — Escapó de la mirada extraña que le estaba dándo Todoroki.

 — Oh, ¿De verdad? — Preguntó el peliazul. Tenía cierto tono que hacía sentir a Izuku como en un interrogatorio — ¿No conoces, de casualidad, a una tal Himiko Toga? —.

 En ese mismo instante, Midoriya sintió como si el color de su piel se hubiera drenado. Negó con la cabeza e Iida sacó su teléfono, buscó algo, y se lo plantó a la cara. Le estaba mostrando la página web del períodico; más específicamente, la página donde se hablaba del escritor.

 — ¿Seguro? Hubiera jurado que esa foto me la mostraste tú hace unos meses. ¿No es así, Todoroki? — Se dirigió por primera vez al bicolor, que miraba atento la escena. Parecía que él ya sabía a qué estaban llegando, o por lo menos tenía una idea. Asintió sin dudarlo.

— ¡Está bien! — Admitió Izuku en un tono innecesariamente fuerte ganando miradas curiosas de algunos empleados del café — ¡Vendí esa bendita foto a Toga! ¿Feliz? Ya, lo admití. Soy una terrible persona por haber hecho parte de algo que está intentado dañar la reputación de alguien. Ya lo sé. No tienen que decírmelo — Hablaba tan rápido que casi no se le entendía. Se cruzó de brazos y recostó su espalda en el asiento. 

 La expresión de ambos chicos se suavizó — Izuku, no vamos a juzgarte — Le tranquilizó el de lentes. 

 — Tenya tiene razón, Burokkori* — Concordó Todoroki de manera cariñosa — Queremos ayudarte —.

— ¿Entonces no les molesta que haya hecho eso? —.

— No, lo que nos molesta es que nos mientas — Gruñó Tenya.

— Touché, y esta es la segunda vez en el día para mí — Alegó Todoroki.

 Izuku suspiró y se mordió la parte inferior de la mejilla, entendiendo a sus amigos. Desde que su madre murió él había ganado la mala costumbre de mentir, o de ocultar parte de la verdad. Era como una forma de protegerse. Se sentía vulnerable y tenía miedo de dos cosas; de salir herido y de herir a alguien más con lo que dijera.

 Todoroki e Iida habían intentado corregirlo por años, pero parecía que el dicho "viejos hábitos nunca mueren" era parte de él.

— Lo siento — Balbuceó en voz baja — Pero, ¿Cómo te enteraste de eso? Normalmente sólo te enfocas en las sección de noticias o economía  —.

Las mejillas de Iida se tornaron un poco rojas — Por mi novia —.

— ¿Eh? ¿A tu novia le gustan los chismes? —.

— No, pero siempre está al pendiente de lo que escriben sobre sus amigos... — Izuku torció un poco la cabeza, procesando lo que Iida acababa de revelarle. La realización le llegó un poco tarde, pero le llegó.

Y entró en pánico.

 — Un momento, ¿Estás diciendo-? ¿Quieres decir-? — Tomó aire e intentó hablar correctamente — ¿Tu novia conoce a Hitoshi Shinso? No sólo eso, ¿Sino que es su amiga? ¿¡Y nunca me dijiste?! —.

𝙇𝙄́𝙉𝙀𝘼 𝙄𝙉𝙐́𝙏𝙄𝙇 | shindekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora