capítulo ıx

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Era domingo al medio día, William despertó en la cama junto a Anna, se quedó mirandola, ella seguía dormida, habían hecho el amor varias veces, las ganas no se saciaban. Cada vez que lo miraba, lo excitaba y terminaba haciendole el amor. Anna era hermosa, perfecta. Desde que la conoció no se sentia el mismo. Vivía por ella, quería que lo amara , que lo necesitara , que dependiera de el. Dese el día que la conoció su vida cambió.

Antes de levantarse le dio un beso en la espalda, Anna dormía boca abajo, se levantó, se vistió y fue a preparar el desayuno. Agarró la campera que estaba colgada en el perchero y urgo entre los bolsillos hasta dar con una cajita cuadrada adornada con un moño dorado. Preparó una bandeja y colocó tostadas, huevos revueltos, jamón, queso y unas medialunas. Y preparó café. Fue hacia la habitación. Anna seguía dormida, dejó la bandeja en los pies de la cama y la empezó a despertar dándole besos ruidosos en la espalda y cuello. Anna se quejaba y se tapaba la cara con las manos.

— Quiero dormir... tengo sueño —

— Buen día mi amor. Te prepare el desayuno —

Anna despegó los brazos de su cara y sonrió, vio la bandeja y se le hizo agua la boca, tenía mucha hambre.

— ¡Que rico!, gracias mi amor —y le dio un beso

Mientras comían, y reían, Anna observo la pequeña cajita que estaba en la bandeja, ¿ acaso es..? Los nervios se apoderaron de ella y pregunto:

—¿Qué hay en esa cajita? —

La forma en que Anna formuló la pregunta, lo hizo morir de ternura, era como una niña viendo un obsequio. William le sonrió y con un ademán de manos le dijo

—No lo sé. por que no la abrís para ver—

Anna lo miró y tomó la cajita. Al abrirla abrió los ojos, y se quedó mirando. La cajita contenía una cadenita con un dije de corazón igual a la que le había regalado su padre.

— El día que pasó todo eso, cuando el tipo ese te quería.. — a William le costó continuar,su mandíbula se tensaba — Cuando lo agarré y te lo saqué de encima en el forcejeo te arrancó la cadena que llevabas en el cuello. Así que la tome y la guarde. La lleve a un joyero para que la arreglara —

Anna atenta al relato de will, no pudo evitar emocionarse. Lo abrazo

— Gracias, gracias, no tengo palabras para agradecerte, es lo único que me queda de mi padre —

—Lo sé. De nada, voy a hacer lo que sea para verte feliz mi amor —

Anna corto el abrazo y se quedó cabizbaja

— No se si pueda ser feliz, con esos hombres ahí afuera buscandome... —

William le tomo el rostro con las manos

— Anna mirame — Anna fijo sus ojos en el  —Nada va a pasarte. Jamás te harán daño. Por que estas conmigo. Yo te voy a proteger con mi vida —

Anna mientras escuchaba las palabras de will no pudo evitar llorar. El era lo único que tenía.

—Ya no llores mi amor, me parte el alma verte así. Tranquila. — William la abrazaba y le daba besos en la coronilla.

                            

                                     ***

Horas más tarde, Anna se metió al baño a ducharse, aprovecho que will tenía que salir a hacer unas compras. Mientras estaba ordenando la ropa y buscando la toalla will le dijo que saldría, ella apenada le pregunto a que, el la tomo de la cintura, y sonriendo de costado le dijo

—Los preservativos se acabaron, tengo que ir por más. — Y la beso.

más que besarla le devoraba la boca, "Ho my god" pensó. Si no  detenía el beso no iba a poder salir. Le costó dejarla, agarró la campera las llaves y antes de cerrar la puerta le tiro un beso.

  Anna reía de dicha, estaba contenta, radiante. Mientras recordaba,se miraba al espejo, se notaba sexi, linda y amada. Dichosa de que alguien como will se fijara en ella. Observo también la cadenita, y se quedó observando el dije en forma de corazón. Le dio un beso como si de alguna forma con ese contacto le rindiera tributo a sus padres.

William estacionó el automóvil en el estacionamiento de un supermercado. Entró y se dirigió a la góndola de dulces, y agarró una caja de bombones, unos con relleno de frutilla, wiliam siempre atento a todo lo que ocurria en su entorno hecho un vistazo a un hombre que estaba a unos metros más alejado, había  entrado unos minutos despues de el.

Desde que había imgresado al supermercado sentía su mirada en la nuca,  William lo miro y el hombre simuló fijarse en la etiqueta de un paquete de galletas dietéticas. William caminó y fue hacia la góndola de artículos de higiene personal y manoteo cuatro cajas de condones, fue hacia la caja, pago en efectivo , saludo  a la cajera y salió. Al salir dobló a la izquierda y se apoyo detrás de una pared. Cuando el hombre salió , William lo interceptó y con un movimiento de manos lo colocó con el pecho pegado a la pared y los brazos hacia atrás. William le hablo cerca del oído.

—¿Quién eres? ¿Quién te mando a seguirme?—

mientras formulaba las preguntas, hacia más presión en la zona de los brazos intensificandole el dolor.

El hombre frunciendo el seño , entre  dientes dijo

— Sólo soy un mensajero. Pronto el señor se comunicará con usted. Este atento y espera novedades —

William se quedó  inmóvil. Lo soltó y el hombre hizo un quejido. Lo miro y se subió al automóvil. Todo su humor se había  ido al carajo. ¡Mierda!. Se había olvidado del trato que había hecho con Jorge. Tenía que averiguar algo lo antes posible y Tenía que proteger a Anna al mismo tiempo.

Amor de MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora