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Capítulo 45 : El traslado de Jiang Cheng a Beijing

Anteriormente, Jiang Cheng le preguntó a Lan Wangji si había algo en lo que confiara en lograr.

Posteriormente, Lan Wangji le dijo que entre las numerosas cosas en las que creía, una de ellas era que su expectativa era que los dos finalmente terminarían juntos.

Sin embargo, lo que Lan Wangji no esperaba fue la decisión de Jiang Cheng de venir a Beijing a buscarlo por su propia voluntad. En ese momento, Jiang Cheng no le dijo que había renunciado a su trabajo en Shanghai, principalmente porque sintió que sería extremadamente vergonzoso si de repente corriera hacia Lan Wangji y le dijera que "dejé mi trabajo solo porque quería trabajar duro contigo en Beijing ".

Fue solo después de que Jiang Cheng llegó a Beijing y se calmó cuando finalmente decidió llamar a Lan Wangji. Lan Wangji pensó que Jiang Cheng estaba aquí en un viaje de negocios y acordó encontrarse con él un fin de semana.

Jiang Cheng logró localizar su apartamento de alquiler mediante una búsqueda superficial en Internet y se mudó inmediatamente la noche que llegó a Beijing. Debido a su corta edad, tenía muy poca experiencia alquilando habitaciones a otras personas y nunca pensó en revisar los permisos de vivienda. Posteriormente, Jiang Cheng descubrió que su 'propietario' era en realidad solo un inquilino; debido a su codicia por el dinero del alquiler, erigió en secreto particiones en la casa y subarrendó estas 'habitaciones' sin el permiso del propietario. En el segundo día de su estadía, el propietario real vino a revisar el apartamento.

Después de enterarse de que el apartamento albergaba a cuatro familias, el propietario insistió en que todos se mudaran inmediatamente antes de recurrir a llamar a la policía.

Como tal, Jiang Cheng fue expulsado de su apartamento. Era medianoche, y Jiang Cheng estaba junto a la carretera con sus dos grandes maletas, absolutamente desorientado y perdido en cuanto a su próximo curso de acción.

Jiang Cheng no tenía a dónde ir.

Por lo tanto, se vio obligado a llamar a Lan Wangji. Lan Wangji se apresuró a acercarse de inmediato, y cuando vio a Jiang Cheng luciendo perdido e indigente mientras arrastraba su equipaje, su ira estalló.

"¿Por qué decidiste alquilar un apartamento?" Lan Wangji lo interrogó.

Fue solo entonces que Jiang Cheng le dijo la verdad.

"Renuncie a mi trabajo."

"¿Cuándo fue esto?"

"La semana pasada."

"¿Por qué dejaste tu trabajo?"

"Simplemente ... no quería trabajar más allí".

"¿Quieres quedarte en Beijing?"

"Si."

"¿Tienes algún plan?"

Jiang Cheng negó con la cabeza.

"¿Ha encontrado un trabajo que deseaba? ¿Ha enviado su currículum? ¿Su empleador anterior podría ayudarlo a escribir algunas cartas de recomendación para usted? "

Lan Wangji es una persona extremadamente lógica y racional; antes de embarcarse en un curso de acción, habría elaborado el Plan A, el Plan B y el Plan C con gran detalle, que es todo lo contrario de lo que hizo Jiang Cheng. Jiang Cheng negó con la cabeza de manera inocua y dijo que no había pensado en ningún plan. Cuando Lan Wangji escuchó eso, se enfureció, "¡¿Entonces por qué diablos viniste aquí ?! ¿No sabes cómo planificar tu futuro? Tenías un buen trabajo, pero lo echaste a la basura sin pensarlo dos veces. Ya no eres joven, entonces, ¿cómo pudiste ser tan obstinado? ¿Qué diablos estabas pensando?

Sus duras palabras hicieron que Jiang Cheng se sintiera terriblemente ansioso, por lo que simplemente soltó la verdad: "¡Estaba pensando en ti! ¿Por qué más iba a venir a Beijing si no fuera para estar más cerca de ti?

En el momento en que esas palabras salieron de la boca de Jiang Cheng, ambos se quedaron atónitos en silencio. Jiang Cheng se sintió muy incómodo y trató de calmar la situación arrastrando su equipaje y alejándose. "En cualquier caso, he decidido quedarme en Beijing. Buscaré trabajo para que no tengas que preocuparte por mí ".

Lan Wangji alcanzó a Jiang Cheng, tomó silenciosamente su equipaje y se dirigió a la carretera para detener un taxi.

Jiang Cheng todavía se sentía bastante molesto, pero de repente se echó a reír cuando se acercó gradualmente a Lan Wangji.

Sus orejas eran de un rojo brillante.

"Lan Wangji, ¿te estás sonrojando?"

"Cállate, tú". Lan Wangji volvió la cara, su voz ahogadaen la