Detiene sus pasos bruscamente cuando alcanza la reja de la casa.
Se toma un momento para enderezar la espalda y toma aire, sonriendo detrás de su hombro con orgullo por haber corrido tan rápido desde la torre Hokage hasta ahí.
Dai anota mentalmente el tiempo que se hizo y lo añade a su lista de buenas rachas. Había sido una carrera buena considerando que había pasado todo el día dando vueltas por la aldea, entregando recados y sobres a los ninjas desde la oficina de papeles importantes.
Infla el pecho un poco y gira finalmente la mirada a la entrada principal de la casa. Es su última entrega del día, y que todavía sea temprano lo hace emocionarse porque posiblemente llegaría a su casa con tiempo de sobra para preparar algo bueno para Gai.
Se toma unos momentos para mirar el sobre en su mano y releer el nombre. El chunnin en la oficina le había dicho que tuviera cuidado, y luego le había extendido el papel con un gesto cercano a algo que Dai no quería entender como asco.
Había esperado que fuera una trampa, un papel bomba o un recado hasta la cárcel o el hogar de un ANBU, pero Dai solo había leído el nombre de Sakumo Hatake en él.
No entendió entonces el gesto del muchacho y se encogió suavemente de hombros, regalándole una sonrisa antes de salir por la puerta.
Detrás del sobre amarillo Dai había alcanzado a mirar unas formas de llenado y lo hizo preguntarse porque había habido tanta aversión.
No era ajeno a las cosas que decían las personas, él sabía sobre la misión fallida de Sakumo, pero todavía pensaba que eso era cuestión de olvidarse y perdonar.
Dai mismo había fallado muchas misiones en la guerra, ¡las había fallado casi todas! Pero entonces él solo era el señuelo o el mensajero, no un legendario guerrero que había comprendido la Aldea al fallar, por lo que quizá habían recriminado a Sakumo hasta el cansancio.
De todos modos Dai no había pensado que seguiría siendo grave. Él esperó a que las cosas mejoraran, a que todos se olvidaran de ellos y las cosas pudieran volver a la normalidad.
Entonces se había detenido en el pizarrón de ninjas activos, esperando encontrar el horario de Sakumo, pero al no encontrar su nombre en la pizarra Dai había entendido lo obvio. Se equivocó.
La curiosidad lo había hecho abrir el sobre. No pesaba nada, solo tres hojas acerca de informes viejos y misiones donde debía llenar recuadros y espacios, y en una de ellas Dai leyó también sus datos personales, por lo que estaba un poco avergonzado.
Finalmente Dai decide restarle importancia. Sakumo era un hombre fuerte, un hombre y un ninja, y también era padre, por lo que posiblemente estaría bien próximamente, listo para añadirse otra vez a las misiones y reclamar su orgullo y su rango sobre el resto de sus testarudos compañeros.
Dai no lo piensa entonces cuando abre la reja. Hay un pequeño sendero que conecta la entrada a la puerta y con pasos firmes se mueve sobre los bloques de adoquín hasta la sucia y desvalijada entrada de madera.
Sus nudillos chocan insistentes contra la puerta en un toque suave, aunque ruidoso en contraste con el mutismo del lugar.
Toma un poco de distancia y cruza los brazos detrás de su espalda, esperando a que Sakumo saliera de inmediato a reunirse con él.
Resulta entonces un poco decepcionante y frustrante cuando la única respuesta que recibe es un silencio espeso que escurría desde el interior.
Dai volvió a hundir los dedos en la madera, con un golpe que clasificaría como "animoso y juvenil" y esperó a que Sakumo pudiera recibir el entusiasmo en la melodía de su llamada.
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Sólo una buena razón (Sakumo x Dai) [Sakumo Week 2020]
RomanceA veces necesita más que eso, más que el silencio, y también más que los arrepentimientos que carga para esta y las próximas vidas. El golpe en su puerta lo cambia un poco, ha pasado tiempo desde que no sentía nada como eso. Sakumo x Dai KakaGai...