10th Chapter

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*2 meses después*

Harry se encuentra en un hospital psiquiátrico, no come, no habla, si fuera por el dejaría de respirar, se pasa todos los días tomando los medicamentos que el doctor le daba.

"Psiquiátrico Sweet Mercy" 

Con grandes letras negras, justo arriba de las puertas de entrada, Harry odiaba ese nombre, lo encontraba horrible y turbio.

El alto chico no tenia amigos, no hablaba con nadie, no sentía las ganas, lo mas que decía en un día era un Ya o Si cuando las encargadas de cuidarlo le preguntaban sobre su día o simplemente cuando lo saludaban.

Es mi culpa, debería haberlo sacado de ahí, murió por mi culpa, yo lo mate

Era lo único que Harry se repetía todos los días, se sentía culpable, se sentía inútil, sentía que era un estorbo para este mundo, no ha tenido contacto con nadie que no sea del centro psiquiátrico, no recuerda cual fue la ultima vez que vio a su madre, no la dejaban verlo muy seguido, pensaban que podría arruinar su tratamiento y empeorarlo.

Ese día se encontraba soleado, el ruloso chico se encontraba todo el día en su cama, cuando era la hora del almuerzo no salia a la cafetería, no quería ver a nadie, no quería escuchar voces de nadie, pensaba que si escuchaba demasiadas voces, se olvidaría de la voz de Louis, aun sentía el olor del pequeño chico, aun oía su risa.

Despertó temprano, fue uno de los días donde al fin pudo reconciliar el sueño, vio entrar a 2 trabajadoras, le lanzaron una sonrisa, Harry quiso devolverla, pero se le hizo imposible, no tenia ganas de fingir, le entregaron unas pastillas que lo obligaron a tomarse.

Las 2 mujeres salieron de la habitación rápidamente debido a un llamado de su jefe, el alto chico se quedo sentado en su cama, abrazando sus piernas, mirando por la ventana que se encontraba a su costado, alrededor de las 15:32 pm una trabajadora entró a la habitación avisándole que en poco era la hora del almuerzo.

Harry no comía, lo tenían que obligar y ponerle suero para que no muriera, el ruloso chico no le presto atención a la mujer, que después de unos segundos salio de la habitación.

-. Harry

Una voz femenina se escuchaba del otro lado de la puerta, pero no era de una de las trabajadoras que lo venían a ver todos los días, le resultaba parecida, pero no recordaba de quien.

-. Harry, soy yo, Gemma.

El alto chico sintió que se le paraba el corazón, no la había visto desde hace mas de 5 meses.

-. Harry, no me dejaron entrar, pero... Te he extrañado mucho hermanito -Se podía escuchar a kilómetros la voz rota de Gemma -. Viajé desde mi universidad hasta acá, quería venir antes, pero no pude, lo siento de verdad.

A Harry le habían caído un par de lagrimas, no la quería seguir oyendo, Gemma no lo fue a ver en ningún momento, llegó a pensar que ya no lo quería y que ya no regresaría jamás.

-. Bueno, hablaremos de todo cuando salgas de esto, te estaré esperando, pero vengo por otra cosa, la madre de Louis.... Ella me dio esto.

Harry miró hacia el techo mientras sollozaba al escuchar aquel nombre.

-. Es una caja, no me dijo lo que estaba dentro, solo me dijo que te la entregara y que por favor la vieras.

Gemma deslizó la caja por debajo de la puerta, la caja era pequeña, entonces se deslizo fácilmente.

-. Te quiero mucho Harry, nos vemos pronto- Se escuchó un suspiro y seguido de esto unos pasos, Gemma se había ido.

A Harry le costó dejar de observar aquella ventana que conocía tan bien, se paró de su cama lentamente secándose las lagrimas, se agachó para tomar la caja.

Como Sonreír • LS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora