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Harry:

La mujer que se encontraba en el hospital aparece de nuevo y se muestra sorprendida.
Primero duda, pero acto seguido decide escapar. Impidiendo su huída la agarro por el brazo y su expresión se muestra atemorizada.

-Qué haces? Déjame en paz- dice intentando evitar mis manos.

- Por qué escapas?-añado preocupado.

-Qué es lo que quieres de mí?

-Solo quería darte las gracias- digo sin soltar su brazo.

-Bien, adiós- dice cortantemente.

-Ei, espera. Que coño te pasa?-digo perdiendo mi excasa paciencia.

-Que te haya salvado no significa nada, entiendes? No quiero tener nada que ver contigo, así que por tu bien, suéltame.

Dudoso accedo a sus quejas y dejo que se marche.

Un extraño bolso acaba en mis manos. Reviso su interior y lo que parece un carnet capta mi atención. El nombre "Claire Johnson" aparece escrito en él acompañado de una foto. Enseguida reconozco su rostro, se trata de la chica con la que había estado hace unos momentos, la misma que me salvó aquel día.

Las horas pasan y poco a poco voy perdiendo el conocimiento. No soy consciente de la cantidad de alcohol que he injerido, pero sin darle importancia contínuo con mi trabajo.

El tiempo avanza, tal y como lo hacen el número de copas bebidas, pero a mediados de la madrugada tomo la iniciativa de regresar.
Me olvido de mi moto y con el bolso en manos abandono el local.
Cuando llego a casa la confusión se adueña de mis acciones. No encuentro explicación razonable para justificar los actos de aquella mujer. Primero me salva y luego me evita, qué sentido tiene eso?
Adueñado por el sueño finalmente me envuelvo entre las sábanas de mi cama.

___

Un radiante sol me despierta de mi profundo sueño y en contra de mi voluntad me levanto.
Los rizos de mi cabello caen en grandes cantidades cubriendo mi somnoliento rostro y para facilitar mi visión envulvo mi cabello en un desenmarañado moño.

Me tumbo en el sofá y de nuevo me quedo dormido.

Por segunda vez en el día me despierto, cuando lo hago ya son las siete de la tarde. El recuerdo de mi moto me sobresalta, nervioso me cambio de ropa y tan rápido como mi mis piernas me lo permiten regreso al local de anoche.

Por suerte, cuando llego, mi moto está intacta , por lo que un gran alivio me reconforta.
De vuelta a mu apartamento enciendo la televisión y decido pasar lo que queda de domingo tranquilamente.

| elizabeth bones |

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2015 ⏰

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