El instante en que esas dos almas predestinadas se reconocieron, fue tan corto y efímero como el desvanecimiento de un copo de nieve al contacto de la piel viva, pero la intensidad que nacia de sus miradas tenía la fuerza para hacer añicos hasta el tempano de hielo más grande.
Sosteniendo esa pequeña criatura entre sus manos con un cuidado inmesurable, Song
Lan sentía como la abrazadora energía que le proporcionaba, era un contraste sin precedentes en el repertorio de todos lo sentimientos juntos que una vez experimento. Tal como cuando el cruel y perpetuo invierno que lo congelo desde su centro hasta los huesos, iba cayendo a pedazos por la radiante sonrisa primaveral que esa persona le daba.Lleno de emociones que querían explotar. Las comisuras de sus labios intentaron elevarse para imitar la sonrisa que lo revivia, sin embargo el rigor mortis o la acostumbrada cara taciturnia que uso durante su vida, no le permitieron desprender la misma aura. Incluso podría imaginarse que lo que yacia sobre ese rostro pálido era una mueca torcida que aterraria a cualquiera hombre, mujer o niño. Lo increíble era que esa no fue la reacción del tierno Xiao.
《Aún eres tan joven, y vuelves a empezar el ciclo de esta vida, pero aún sigues siendo igual de amable conmigo》
El instante eterno, fue interrumpido por el ruido de la otra habitación. Una vasija que cayo , los puso alertas. Recoedando que sguramente la madre del niño habria vuelto a despertar.
Atendiendo la preocupación de Siu, fue con ella, pero antes arropo al bebé con una manta, impidiendo que el frio de su cuerpo no lo incomodara mientras lo cargaba..
La primera reacción de la mujer al ver entrar al hombre sosteniendo a su pequeño sano y salvo, fue sonreir brillantemente casi a la par de lo que Xiao lo había hecho momentos atras. Ese puro amor maternal solo se veia opacado por la desgastada imagen de cansancio.
— Mi dulce estrella A-Xiao.
Extendiendo pesadamente los brazos con el deseo de cargarlo. Song Lan al ver la respondió a la petición silente, caminando hacia ella con intención de darle la oportunidad. El querría prolongar más ese sentido de proteccion que le daba el tenerlo en sus brazos, pero conciente de la autoridad de la madre y el deseo de esta por ser quien lo mimara no se opondria; más la acción no se completó.
Al sentir una opresión dentro de su pecho al respirar con dificultad, Siu contrajo las manos dejando claro el cambio de opinión.
Si se encontraba enferma o con alguna especie de maldicion desconocida, que la llevo a ese debil estado tan rapidamente, no quería ser la culpable de contagiar a su inocente bebé.
Reprimiria ese deseo interno de tocarlo y besarlo un poco más de tiempo.
Si bien la preocupaciones de toda madre persistian, al notar que el menor se mantenía tranquilo en los brazos del extraño individuo, que incluso se escuchaba la sutil risa de alegría era obvio que no había razón porque temerle. El pensamiento retrospectivo al ver que el infante aceptaba tan gratamente la presencia de aquel imponente hombre frente a ella, le generaba la idea de que esa persona podria tratarse de la verdadera identidad de su misteriosa hada protectora. Que a pesar de no haberla visto ni hablado con ella sabian que incondiconalmente los había estado cuidado.
El sobrenombre dulce y delicado que utilizó, distaba por completo de la realidad. Ahora que enfocaba bien la vista; se trataba de un hombre alto, fornido, con rostro taciturno pero de belleza fría, que seguramente tendría la fuerza para derribar cinco o tal vez diez hombres por su cuenta si estos se atrevían a ofenderlo. Con tal feroz fantasía recreada en la mente habría tenido cualquier otra descripción más varonil que el de una simple y tierna hada.
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Segunda Oportunidad
RomanceSong Lan viaja junto a Xiao Xingchen y A-Qing con la meta de lograr recuperar su alma rota y así ayudarlo a que pueda renacer. Pero conforme el objetivo se vuelve más real, se dara cuenta de las dificultades que tendría que atravesar para volverse a...