Capítulo 3

1.1K 141 76
                                    

Apretó con fuerza, los extremos de la gabardina que uno de los enmascarados – Amane, si no mal recordaba – le dio para cubrir su herida espalda y empezar a caminar en dirección a aquel simple pero elegante carruaje. Un pelirrojo los recibió, por lo que intuyó, era el conductor.

- Oh~, pero sí que es bonita. Aunque no tanto como Lady Sakura – halagó al verla, con una sonrisa traviesa que la hizo ruborizar. Nunca nadie, le había dicho así, y el amago de halago que hizo Tsukasa – si no mal recordaba –, no contaba exactamente como uno.

- Llévanos a la casa de verano – ordenó Tsukasa, ignorando su comentario respecto a su prometida, sonriendo ampliamente –. La pobre necesita de muchos cuidados, como verás.

El conductor la miró de arriba abajo, para luego asentir en concordancia –. Ya veo, en ese caso – se bajó de su puesto, abriendo la puerta y extendiéndole a ella, una mano, coqueto –. Adelante, my Lady.

Con pena, acepta su mano y entra al carruaje, seguida de Amane y Tsukasa. Luego de eso, el conductor se tomó su asiento y manejando las riendas de ambos garañones, partieron rumbo a la casa de verano; Nene en algún punto cayó rendida al cansancio, o eso parecía, pues cuando Amane le tocó la frente con una de sus enguantadas manos, notó como ella ardía en fiebre.

Su expresión fue de genuina preocupación, llamando así, la atención de Tsukasa, quien iba sentado enfrente de él –. ¿Qué pasa?

- Tiene fiebre.

Tsukasa chasqueó la lengua, lo que les faltaba, que su prometida pudiese morir si se le complicaba la fiebre. Por lo que se asomó a la ventana del carruaje, notando así, los verdes pastizales que se alzaban a los lados del camino –. Estamos a unos kilómetros por llegar...

- No podemos dejar pasar esto más tiempo... Ella...

- Está bien, lo entiendo – suspiró, para luego con una sonrisa y voz cantarina ordenar –: ¡Natsuhiko, si te das prisa, te daré fotos de Sakura durmiendo y en poca ropa!

De inmediato el carruaje comenzó a andar más rápido, haciendo que Amane abrazara a Nene a él con un brazo y con el otro, aferrarse al asiento lo más que pudiera, incrédulo. Tsukasa solamente reía, alzando los brazos con emoción.

Y frenaron cuando llegaron, haciendo que Tsukasa cayera encima de su hermano y prometida, sintiendo contra su mejilla, lo caliente de la frente de Nene, haciendo que su sonrisa se borrase y en sus ojos, hubiera genuina sorpresa; Amane estaba por reclamar, cuando Tsukasa se enderezó y tomó en brazos a Nene, abriendo de una patada la puerta del carruaje, corriendo hasta las rejas, ya abiertas por Natsuhiko – de pasó ignorándolo –, metiéndose a la casa, con otra patada en la puerta.

Sorprendido, bajó del carruaje, no sin antes agradecerle a Natsuhiko por su trabajo, siguiendo a su gemelo. Y es que, nunca lo había tan preocupado en su vida, como si realmente temiera perderla; Tsukasa que siempre se mostró infantil, bromista, travieso, despreocupado, cruel, sádico e insensible con todos, a excepción de él y... Su madre.

Su mirada se ensombreció unos instantes. Tsukasa no se veía tan preocupado como la vez en la que su madre yacía moribunda en el suelo, con un cuchillo de cortar en el pecho o cuando él, estuvo por ahogarse en un río cuando ambos salieron a jugar.

Suspiró, para luego entrar a la habitación que ambos compartían, ignorando el desastre que había a su paso (charcos de agua, toallas tiradas y desdobladas, como la máscara que usó y la gabardina, al igual que los guantes). Y entonces se percató de cómo Tsukasa ponía con cuidado la toalla húmeda sobre su frente, para luego tomar asiento en el banquillo que arrastró, a un lado de la cama.

Y cuando él cerró la puerta, recargándose en ella, fue entonces que Tsukasa volteó a verlo. Sin su característica sonrisa o expresión divertida o burlesca, simplemente, sin expresión, en blanco.

- Tsukasa...

- Debí verme como un frenético por entrar a la casa.

- Además de que saliste disparado del carruaje apenas sentiste la temperatura de Nene...

- Sí – una pequeña sonrisa apareció en sus labios, mientras rascaba apenado su nuca –, lo siento, Amane-kun.

Él sonrió ligeramente, negando –. Es normal, después de todo, es nuestra prometida y como tal, debemos cuidarla bien – cambió el tema, no queriendo ahondar en él, y mucho menos, revivir viejas y traumáticas memorias –... Por cierto, ¿De verdad tienes esa clase de fotos de Sakura?

La sonrisa de Tsukasa se tornó maliciosa –. Tal vez mentí sobre eso – dirigió su mirada a Nene –. Además, si las tuviera, no se las daría nunca~.

Podría ser escoria, pero Sakura era su mano derecha y, de Mitsuba y Natsuhiko, ella era su favorita y la más soportable.

Amane sonrió, un poco nervioso –. ¿Entonces qué harás?

- Meh~, pagarle más – se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Volteó a verlo, ladeando el rostro con una sonrisa –. ¿Piensas llevar la máscara puesta todo el día~?

Apenado, se la quitó, haciéndolo reír suavemente –. ¿Qué vamos a hacer a partir de este momento, Tsukasa? No podemos decir que la compramos en calidad de esclava o en verdad, Karuto tomará el puesto de líder.

- Natsuhiko y Sakura únicamente lo sabrán – aclaró Tsukasa, retirando la toalla de su frente, levantándose para volver a remojarla y exprimirla en el proceso –. Mitsuba es un bocaza. Y si llega a decir algo que no debe, tendré que matarlo – añadió simple, poniendo la toalla en su frente, con delicadeza. Amane se estremeció ante la sola idea –. Sé que es un método poco ortodoxo y hasta extremista, pero, es por una buena causa – lo miró sobre su hombro, sonriendo –, ¿No?

- ...Sí.

- Sabes que esto es por nuestro bien, Amane – se acercó a él, tomando sus manos entre las suyas, mirándolo a los ojos con comprensión y sonrisa suave –. Eso es lo único que quiero, además de una prometida que nos ame – puso una mano en su mejilla, haciendo que lo mire (pues se negaba en un principio a verlo, por lo que miraba el piso alfombrado) –. Porque no me gustaría que terminásemos como mamá... – su mirada se tornó vacía, y su sonrisa desapareció, estremeciéndolo. Tsukasa llegaba a aterrorizarlo con sus bruscos cambios de personalidad –, por eso, necesito que confíes en mí, que todo saldrá bien... ¿De acuerdo?

- ...Sí.

- ¡Bueno! Ahora necesito informarle a Natsuhiko de todo y que ponga al corriente a Sakura del asunto – sonrió infantil, separándose de su gemelo, pasando a su lado, y antes de salir, lo miró –. Hasta entonces, cuida de nuestra prometida, Amane-kun.

Fue entonces que el Yugi mayor reaccionó, tomándolo de la muñeca, deteniéndolo y ganándose una mirada confundida del menor –. Espera, Tsukasa... ¿Tsuchigomori y Yako pueden saber de esto también?

Los dos mencionados, eran sus sirvientes personales, por no decir que los más leales a él.

Tsukasa sonrió, asintiendo –. Por supuesto, pues ellos son tus sirvientes más leales. No le veo el problema.

Amane le sonrió de vuelta, soltándolo suavemente –. Gracias.

- No me agradezcas, es lo justo.

- La palabra justo, saliendo de ti, es extraña.

- Que malo~.

Ambos solamente se rieron por lo bajo.

...

Nene se removió entre las sábanas, antes de abrir los ojos, siendo lo primero que viera, fuera el candelabro que colgaba en el techo color menta de la habitación. Luego, volteó a ver a ambos lados de donde yacía acostada, notando dos cabelleras negras; una a su izquierda y otra a su derecha.

Parpadeó nuevamente, y luego volvió a cerrar los ojos, tranquila. Sólo pasaron unos 10 minutos para que reaccionara, abriendo los ojos de golpe y sentándose de forma apresurada en la cama, mirando a ambos chicos dormir plácidamente a su lado, perpleja.

- ¿EHHHHHHHHHHHHH?

-Traumada Taisho

Novia comprada  [Amane/Nene/Tsukasa] {HIATUS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora