27 de abril, 2015

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El sonido de la alarma me despierta. son exactamente las 5 de la mañana, ¡Horror! Quiero seguir durmiendo, pero no se puede. 

Apago la odiosa alarma y un sonido sepulcral se hace presente, pareciera que alguien está desde la oscuridad, esperando el momento preciso para atacarme. ¡¿Pero de qué carajos hablo?! Lo único que hay afuera es... Grillos, gallos cantando recordándome que debo alistarme.... Odiosos gallos... Es lo que hay en la oscuridad de la mañana.

- No seas miedosa Katrina, deja tus inseguridades para otro momento y apresúrate. -

Me regaño a mí misma y comienzo a buscar mi  uniforme. Voy en segundo grado de secundaria así que no tengo que preocuparme por arreglarme tanto, en la escuela no permiten maquillaje así que no me preocupo.

Hago mi rutina diaria: desvestirme para poder bañarme (obviamente), cepillarme los dientes y todo eso que la mayoría de personas hace al despertarse y salir a algún lugar. 

Salgo del baño y empiezo a vestirme. El uniforme consiste en una blusa blanca con el logo de la escuela y una falda tabloneada en color café, demasiado aburrido para mi propio gusto.

Estoy a punto de colocarme las calcetas cuando siento que alguien observa, al inicio pienso que son paranoias mías, al cabo de unos minutos sigo sintiendo la sensación de ser observada, lentamente volteo hacia la pequeña ventana que está ubicada en mi habitación y es ahí cuando me doy cuenta que un par de ojos me están viendo. 

Grito horrorizada y los ojos desaparecen. Mis padres aparecen en la puerta de mi cuarto  y me desplomo. Lloro desconsoladamente y empiezo a temblar del pánico que en estos momentos siento.

¿Quién era esa persona?, ¿qué hacía ahí?, ¿desde cuando  me estaba viendo?, miles de preguntas resuenan en mi cabeza, todas ellas: sin respuesta.

A lo lejos escucho la voz de mis padres pero no logro entender lo que dicen, mi cuerpo entero entró en un estado de shock.

- ¡Katrina! ¡Katrina!-

Poco a poco mis sentidos vuelven a la normalidad y es cuando me doy cuenta que estoy en el suelo abrazando mis piernas en posición fetal. 

Me doy cuenta que mi mamá mueve los labios como si estuviera hablando pero el sonido es muy lejano para mí.

- ¡Katrina reacciona!-

Los sonidos llegan como un balde de agua fría. Cubro mis oídos por tantos gritos por parte de mi mamá.
Le hago señas para que deje de gritar y por suerte me entiende

-Hija ¿Qué pasó?, ¿Por qué gritaste?-
Mi papá luce enojado y a la vez preocupado. Creo que exageré un poco, o quizás no. Ahora todo es confuso.

- Había una persona en la ventana, me estaba viendo. No sé desde a qué hora pero ahí estaba. Lo ví claramente papá. Tengo miedo - logré decir después de unos segundos.

Mi mamá salió de mi cuarto echa una furia y abrió la puerta de la casa. Prendió todas las luces que dan hacia afuera. Mi papá y yo salimos detrás de ella.
Temerosa, cerré la puerta de mi casa, no sin antes agarrar las llaves para poder entrar después.

No sé si eran mis nervios, pero al salir una brisa helada me recibió, provocando que mis vellos se erizaran.

Caminamos lentamente procurando no hacer mucho ruido (algo curioso considerando nuestros gritos de hace rato) para descubrir a la persona responsable de mi fatídico inicio de semana. Pero, afortunada o desafortunadamente no logramos encontrar a nadie. 

Recorrimos todo el patio trasero y el corredor de mi casa, buscamos hasta el menor indicio de que alguien estuvo allí pero no había absolutamente nada.

Frustrados regresamos adentro de mi casa. Vi la hora y aun quedaba tiempo para desayunar y así partir a la escuela, aunque la verdad es que solo quería quedarme en casa ya que, aunque alguien había entrado, era mucho más seguro estar en casa que caminar un kilómetro casi sola para llegar a la fastidiosa escuela en donde sólo hay gente hipócrita que busca tu amistad si ven que tienes "algo que ofrecer", en mi caso me buscan por mis calificaciones y es un completo fastidio.

- Hija ven a desayunar- Mi madre me sacó de mi ensoñación. 

Fui al comedor donde mis padres me esperaban, mi mamá había hecho huevo revuelto y como siempre, no podía faltar mi adorada cátsup. ¡Oh bendita y preciosa cátsup! ¡Que haría yo sin ti!.

- ¿Ya estás más tranquila Katri? - Me preguntó mi papá. Y, aunque intentó que su voz sonara tranquila, pude notar su miedo e impotencia al no poder descubrir al intruso que estaba acosando a su hija.

- Sí papá, tranquilízate, ya estoy más tranquila, además sé que no estoy sola, los tengo a ustedes  y con eso es más que suficiente. Estaré bien y ustedes igual. - Traté de sonar lo más calmada posible y al parecer lo logré, ya que mis papás sonrieron y finalmente pude probar mi desayuno. En lo que acabo mi desayuno les hablaré un poco de mi vida: tengo 13 años, vivo con mis padres en un pequeño pueblo, la ciudad más cercana está a media hora aproximadamente. Soy hija única, mi papá sufre de discapacidad visual por lo que no puede trabajar y mi mamá es ama de casa. Estudio segundo grado de secundaria y tengo que caminar 1 km para poder llegar a ella.

Desde muy pequeña me ha gustado el estudio, así que nunca he tenido problemas para sacar buenas calificaciones, aunque eso ha provocado que muchos niños y niñas me agarren coraje. Los "amigos" que tengo ahorita lo son solo por conveniencia, siempre buscan que les de copia en los exámenes o los saque de algún apuro con tareas. Niños estúpidos.

En fin, ya terminé mi desayuno así que me despido de mis papás para cepillarme los dientes. Internamente me regaño ya que es la segunda vez en menos de una hora que me cepillo, aunque no creo que sea malo, después de todo estoy limpiando mis dientes. En fin, me cepillo y enjuago bien la boca y después me limpio con una toalla para secar el agua que aún queda en mis labios y parte de mis mejillas.

Salgo del baño y busco mi mochila. Reviso que no falte nada para este día y me dirijo a la sala donde mis papás me están esperando. Un último vistazo al espejo y estoy lista para partir a la escuela. 

- ¿Qué hora es mamá? - La verdad había olvidado ese detalle. tengo que estar antes de las 7 en la secundaria y, considerando la distancia, debo salir como mínimo 40 minutos antes de mi casa para llegar a tiempo y poder refrescarme un poco. Parece nada pero uno sí suda cuando camina tanto, a pesar de ser temprano.

- Hija ya son las 6:30, vas tarde Katrina. ¡Apúrate ya! - 

Me lleva la chingada, ¡voy tarde!. Le doy un beso a mis padres y saldo casi volando de mi casa. Por un momento olvidé el incidente de hace rato. Pero mi felicidad no duró mucho al ver que era la única persona que andaba en la calle a esta hora. Raro, sí, pero considerando la hora, ya todos debían estar casi llegando a la escuela.

Con paso veloz inicié mi trayecto. Sentía mucho frío y eso solo era señal de nerviosismo. Me tomé unos segundos para observar el amanecer, era tan hermoso. Por eso me encantaba caminar, podía observar todo con claridad y sin prisas.... Espera un segundo, hoy traigo camisa blanca de mangas largas, lo que significa que.... ¡HOY ES LUNES Y TOCA HOMENAJE! Puta madre, soy la jodida comandante de la escolta y no puedo llegar tarde o tendré serios problemas. Colgué bien mi mochila a la espalda y comencé a correr, o más bien trotar para tratar de llegar lo más rápido posible. Jamás en mi vida había aguantado tanto corriendo, no paré aunque sentía que mis piernas me ardían del cansancio. 

Llegué 10 minutos antes de que el timbre sonara, lo suficiente para dejar mis cosas en el salón y tratar de tranquilizarme y secarme el pinche sudor que provocaba que mi camisa se adhiriera a mi cuerpo.

A las 7:10 dió inicio el homenaje. 

Un día de clases ha comenzado. Pensaba que todo sería tranquilo y el incidente de hoy no se repitiría jamás..... Cuál equivocada estaba....  

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⏰ Última actualización: Aug 30, 2021 ⏰

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