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- Veo que tenemos un invitado -Josh le extiende la mano a Dylan y él algo extrañado por lo que dijo mi amigo anteriormente, me mira.

- ¿Qué hacían por acá, chicos? -digo nerviosa. Sabri me mira curiosa y le pido auxilio con la mirada.

- Josh y yo salimos a dar una vuelta -contesta con una sonrisa.

Por poco te suena la campana.

Miro a Josh y le advierto con la mirada a que le siga el juego a Sabrina.

- Si, eso hacíamos -dice él después de entender lo que está sucediendo- pensábamos pasear a nuestro perro, pero nos acordamos que no tenemos uno.

- Cierto, no tenemos -Sabri asiente.

- Y después vimos a Kelianne aquí parada, sola, y nos acercamos -Josh mira a Dylan- dijo que finalmente te habías arriesgado a invitarla a salir.

Mis ojos salen de sus órbitas y casi me ahogo con mi propia saliva.

Oh, oh.

Lo mataré. En verdad lo haré.

Dylan voltea a verme con una ceja arqueada y me mira divertido.

- ¿Si? -voltea nuevamente a ver a Josh.

- Si, dijo que se encontraba súper contenta por eso y que te estaba esperando ansiosa aquí -Josh suelta un grito ahogado cuando piso fuertemente su pie izquierdo.

Sabrina aguanta las ganas de reír y Dylan no puede estar más divertido por la situación.

- Chica skate, no me habías dicho que deseabas salir conmigo -susurra en mi oído.

- No lo hago -la sangre sube a mis mejillas y se calientan rápidamente por la vergüenza.

- Pues eso no es lo que me ha dicho tu amigo -me guiña un ojo y sonríe- ¿quieren unirse a la salida?

- Eso suena bien -contesta mi amiga- ¿estás bien, Josh?

- Si, cielo -suelta un quejido- puedo caminar aún.

Dylan ríe al verlo y mis ganas de matar a Josh van aumentando.

(...)

- ¡Me había insultado! -me defiendo- no iba a dejar que lo haga -me cruzo de brazos.

Dylan no para de reír al igual que Sabrina, y Josh niega.

- Pobre hombre, apuesto a que no lo olvidará nunca.

Una vez, en la cafetería, había llegado un hombre súper arrogante y con el ego por la nubes.

Cuando fui a atenderlo, me había inspeccionado sin descaro, provocando un disgusto en mi.

Había ordenado café, pero anteriormente a hacerlo, me había tocado el trasero.

Si, el muy hijo de fruta lo había hecho y no se disculpó, sino que sonrió asquerosamente.

Enfurecida me había ido a buscar el maldito café y se lo llevé sin muchas ganas, tratando de no enojarme y decirle todas las cosas que deseaba soltar a su persona.

- Sabes, lo tienes firme. No sabes las cosas que puedo llegar a hacer si gustas -dijo.

Hasta ahí había aguantado.

Sonriendo, agarre el café y se lo derrame en su entrepierna.

- No lo creo, viejo asqueroso y repugnante.

Josh reía por algo que había dicho su novia.

- Que no te extrañe ver que se cuelga en sus pensamientos -Sabri le dice a Dylan, quien me miraba fijamente.

No era una chica que se intimidaba fácilmente, muy pocas veces me había sonrojado por algo que algún chico me haya dicho y nunca sentía vergüenza frente a nadie.

Con Dylan era distinto. Él rompía cualquier estereotipo que tenía pensado sobre los hombres.

Era atento, divertido y muy amable. En lo que llevamos de la noche me lo había demostrado.

Me hizo sonrojar, reír y hasta avergonzarme cuando me vio comer sin pudor aquella hamburguesa.

Como les dije. Él era diferente.

- ¿Vamos por un helado? -me pregunta, y con una sonrisa, asiento.

El resto de la noche la pasamos entre risas, anécdotas y una que otra broma mala de Josh o Sabrina.

Miré a Dylan cuando estaba distraído en algo y sonreí. Estaba segura que él iba a romper esa muralla de piedra en mi corazón. Y estaba feliz porque finalmente, después de años, sucediera.

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2020 ⏰

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