La dolorosa verdad

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Narrado por Finnick*

La rebelión había terminado, ahora todo estaba mejor ¿no?

-Hey Gale, puedes acompañar a buscar a Annie en el capitolio, ha de estar muy aturdida, ¿Gale?-

-Perdón Finnick, no me encuentro muy bien,pero  suerte en tu viaje-me dijo muy pensativo, me gustaría saber lo que pasa ahora por su mente

-Gracias- dije y me apresure a subir al tren.

El viaje en el tren fue bastante largo, por las constantes paradas en cada distrito, y por fin llegamos al Capitolio, me sentía tan nervioso, por fin mi espera terminaría, sólo quería tenerla en mis brazos nuevamente, mi vida estaría completa con ella a mi lado la quiero tanto,  corrección la amo demasiado.

Camino rumbo a la antigua casa de Snow, donde se encuentra la nueva presidenta Paylor, entro y me encuentro con una secretaria

-En que le puedo ayudar joven Odair- Dijo amablemente la secretaria que por alguna razón sabia mi nombre, aunque no le tome gran importancia.

-Sí, quisiera hablar con la presidenta-dije

-Enseguida,permítame- tomo el teléfono y marco algún número- El joven Odair quiere hablar con usted- colgó el teléfono y me indicó donde se encontraba la oficina, seguí las instruciones, llegue y toque la puerta

-Adelante- abri la puerta, entre y me señalaba una silla, asi que tome asiento-A que debo su visita, mientras revisaba unos papeles

-vengo por Annie o saber su paradero,  fue secuestrada y lo más probable es que ella aún se encuentre aquí - dije

-Oh, Finnick- hizo una pausa- lo que te diré tal vez no es lo que quieras escuchar, Annie fue torturada de mil maneras,ella parecía fuerte en un principio,  pero,  no somos lo que aparentamos, ella era frágil, no estaba del todo bien, no pudo resistir más y...murió, lo siento  - término por decir.

Yo no sabía como tomarlo, me levanté, di gracias y salí de ese lugar, estaba triste y enojado la rabia invadía mi cuerpo, estaba tan molesto,  por no haberla salvado a tiempo,  tal vez ellos sabían de la muerte de Annie,  tal vez por eso Gale no me acompaño, sentía gotas caer por mi cara, no era lluvia, eran el inicio de un gran llanto, pero lo detuve, no sabía dónde se encontraban todos, para poder reprocharles acerca de esto.

Fui a la estación de tren,  tome uno, no importó el destino, solo quería alejarme,  no iría al cuatro a mi hogar el recuerdo sería muy doloroso, me sente y deje que mis ojos descansarán.

-No abras los ojos, hasta que yo te diga- me dijo una voz femenina, escuché el ambiente, lo podia reconocer, la playa.

-¿A donde me llevas?- pregunte divertido

-Solo espera- me contesto entré risas

Seguimos caminando un poco

-Llegamos abre los ojos-

Abri los ojos me encontré casi al borde de un acantilado,la vi a ella a la señorita Cresta, los ojos mas hermoso que haya visto y su cara tan delicada como la de un ángel, llevaba un colorido vestido azul turquesa,  que se destacaba del paisaje gris que nos rodeaba, estaba hipnotizado con tal belleza, tenía sujetada su mano, ella me miró, su sonrisa desapareció y saltó por el
acantilado, yo quería salvarla pero no podía moverme. 

Una campana me sacó de aquél sueño

-Llegamos a nuestro destino distrito 12-Dijo un hombre.

Baje de el tren y me puse a caminar sin rumbo

Mi pececito, mi salvación. | P a u s a d a |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora