Los Hombre también se sonrojan

Cap. 23 Reconfortable

Ly - Bueno, eso es todo, la verdad no se porque te cuento todo esto.
Dam - ¿y porqué no? Es bueno liberarse.
Ly - Si, pero ni siquiera sabemos el color favorito del otro, su nombre completo, su animal favorito y aún así te cuento cosas personales.
De repente Damián me abraza, me quedé en shock, sólo miraba la pared.
Dam - No importa, yo sólo quiero saber más de ti, yo te quiero proteger, yo te quiero ayudar.
Damián me abrazo mas fuerte, yo también lo abracé, respire profundo, sólo olía el cabello de Damián, olía a moras, si no hubiera sido un momento melodramático lo hubiera mordido, mire el reloj de mi mesita, eran las 10, yo tenia que levantarme temprano para seguir estudiando, pero no quería arruinar este bonito momento, hasta que sentí a Damián repoyándose en mi hombro, se volvía más y más pesado, hasta que me fijé en sus ojos, estaba dormido, me reí y eso hizo que se levantará.
Dam - ¿Qué pasó?
Lo decía mientras se frotaba sus ojos, yo le cepille su pelo y mirándolo a los ojos le dije.
Ly - Ya hay que dormirnos.
Damián - Te tomo la palabra.
Se acurruco en mi cama y poco a poco cerró sus ojos.
Ly - Oye, yo me refería a que te fueras ya a tu casa.
Dam - Buenas noches Ly, que duermas bien.
Ly - Oye ¡Oye!
Wow, este chico si que se duerme rápido, bueno, que más remedio, lo tape y no se porque, pero me dormí a su lado, yo al igual que él quede rendida al acostarme, porque apenas cerré mis ojos me quedé profundamente dormida.
A la mañana siguiente lo primero que vi fue la cara de Damián, sus ojos cerrados, sus pestañas y sus labios, empecé a tocarlos, sus eran algo carnosos, estaban tibios.

Dam - ¿Te gusta tocar mis labios?

Mire a los ojos de Damián, estaban cerrados, de un momento a otro los abrió, me miraba con una sonrisa, nos estábamos mirando, unos segundos después retome la conciencia de que le estaba tocando los labios, estábamos durmiendo juntos y ahora nos veíamos de una forma un poco romántica, ¡¿no lo creen?!me levante rápidamente para separarme de el.
Ly - Buenos días Damián, ¿como amaneciste?, bien, que bueno, ahora si me permites haré el desayuno.
Me levante y me fui a la cocina rápidamente, en la cocina me estaba arrepentirnos en como me había comportado, de seguro me vi rara, ¿hace cuanto que no hablo con un hombre que me hace sentír tan rara? Me puse a pensar y ni siquiera me supe yo la respuesta, escuché unos pasos, así que agarré el sartén y unos huevos para desayunar y cuando el estaba cerca mío hice como si estuviera cocinando, yo no lo miraba pero sentía como sus ojos estaban en mí, me sentí más nerviosa así que empecé a mover los huevos en el sartén más rápido, hasta que veo que se acerca a mí, me agarra de la mano y no se porque pero me sobresalte tanto que hice que se tirará el sartén junto con los huevos, Damián me quiso ayudar, pero yo los levanté rápido y de inmediato busque un trapo para limpiar, pero me fijé que lo tenía Damián.
Dam - Te lo daré cuando me cuentes que está pasando, esta mañana te levantaste muy extraña.
Ly - ¿De que hablas? Yo soy así.
Damián me tomo de los brazos, yo la verdad me asusté.
Dam - Claro que no, ¿es porque dormiste junto a mi?
Ly - No lo digas como si nada, no seas vulgar.
Damián me abrazo, yo me quedé quieta.
Dam - Por favor, no me trates como cuando nos conocimos, no me gusta sentirme que no te agradó.
Yo me sentí impresiona pero a la vez terriblemente triste, ¡¿tan mal lo había tratado para que me dijiera eso?! Yo poco a poco acercaba mis brazos para darle un abrazo, al abrazarlo sentí como en mi hombro se sentía más caliente y aumenta cada vez que yo apretaba a Damián.
Ly - ¿Estas sonrojado?
Dam - No, no lo estoy.
Ly - Pff, si lo estás.
Dam - ¡¡YA TE DIJE QUE NO!!
Grito con un tono de pena me empecé a burlar y el se había sonrojado más, ¡era tan lindo!