Cap.2 Una amistad

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Cuando empezó mi descanso fui hacía dónde estaba sentando y haci empieza esta amistad.

El apenas estaba comiendo las papas fritas, yo le pregunté.
-No te gusta las hamburguesas?
El estaba mirando a la ventana, cuando le pregunté eso parecía que estaba distraído hasta parecía que no le importaba, hasta que me respondió.
-A, lo siento, sólo que pienso en...bueno, eso no importa, pero respondiendo a tu pregunta, la verdad es que no me gustan tanto las hamburguesas, pero amo las papas de este lugar.
-Increíble, entonces no te vas a comer la hamburguesa?
-La quieres verdad?, tomala, aparte...
Quien no acepta comida gratis.
-Quien no acepta comida gratis.

Esta frase la dijimos al mismo tiempo, nos miramos y empezamos a reírnos, cada vez que conocía a algún chico nunca imaginé que nos reiriamos de esta forma y mucho menos estar en un lugar de hamburguesas, al estar ríendo sólo pensaba que este chico es genial, pero sólo como amigo. uwu

Al estar comiendo comiendo la hamburguesa me preguntó desde cuando trabajo aquí, ya que el viene una ves a la semana y nunca me había visto, yo solo le respondí que trabajó hace 3 años, pero tal vez si nos habíamos visto pero no nos conocíamos, después de platicar y reírnos por 30 minutos nos despedimos, el se marchó y yo volví a trabajar, unos minutos antes de cerrar y luchando para no dormirme, hasta que escuché a unos clientes que estaban sentados en la mesa en que estaba el chico y yo, así que me acerqué y ví que estaba un cuadernito, los clientes que estaban hay estaban a punto de abrirlo, hasta que me acerqué y les dije.
-A, muchas gracias por encontrar mi cuadernito.
Lo agarré y estaba a punto de llevarmelo pero esos clientes de.levantaron y me empezaron a gritar que no tenía ninguna prueba de que era mío, yo sólo les dí la espalda y les dije que no tenía que probar que este cuadernito era mío, ellos se enojaron y se marcharon.

Cuando estaba a punto de irme note que los dichos de hace rato estaban en la salida, lo que hice es salir por otra puerta, en el camino estaba pensando en como la mayoría de los hombres son tan inmaduros, como hacen un problema por algo que nisiquiera era suyo, bueno, tampoco es mío, pero al menos tengo buenas intenciones.

Al llegar a mi casa sentí como estaba tan cansada, mis padres no estaban, así que prendí la tele y empecé a ver mi serie :3, después de 3 o 4 episodios noté que era demasiado tarde, se que para unas personas las 10 no es tan tarde, pero tengo que madrugar y si estoy desvelada es muy difícil levantarme, ya estando en mi habitación con la pijama y lista para dormirme sentí curisodidad de ver que tiene en la libreta del chico, de seguro la estará buscando, y como no tengo su número se la entregaría mañana, sana y salva, sin que yo viera lo que tiene dentro.

A la mañana siguiente en la universidad estaba buscando a Damián, que ahora que lo pienso, lo puedo encontrar fácil mente en el salón y si no a llegado, lo esperaría, al llegar en clase lo encontré, parecía que no había dormido, estaba preguntando a mis amigas con una cara de preocupado, sólo toque la puerta y esto hizo que todos me voltearon a verme, entre ellos Damián, al verme se apresuró a ir hacia mí, me tomó del brazo y me llevó a un pasillo donde no estaba nada de gente, estuvimos un gran momento de silencio hasta que yo inicié la conversación.
-Buenos días Damián.
No dijo nada, sólo miraba al suelo, yo busque en mi bolsa, saqué su cuadernito y se lo puse delante de su rostros.
-Sabes, no tienes que ser tan descuidado, pero, gracias a mí tu libreta no fue robada por mis molestos clientes.
Al ver su libreta sus ojitos se le llenaron de brillo, la tomó y la abrazó, ¿que tan importante sería su libreta?.
-Bueno, está sana y salva y si te lo preguntas, no ví lo que tenía adentro.
Antes de que dijiera alguna palabra me abrazó, me sorprendió pero no hice nada y no es que no quería que me abrasara, más bien que sería grosero de mi parte, un momento después vi que mis amigas se estaban asomando y parecían emocionadas.
-Muchas gracias.
Yo sólo le dí una palmada en la espalda, empezó a sonar el timbre y entramos al salón y yo con la gran impresión...de que el tuviera un gran corazón...no como todos los demás...

Los Hombre también se sonrojanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora