𝐁𝐲 𝐨𝐫𝐝𝐞𝐫 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐞𝐚𝐤𝐲 𝐛𝐥𝐢𝐧𝐝𝐞𝐫𝐬
Este es un pequeño espacio para aquellos fanáticos de los peaky blinderes, así que si os apatece entrar a leer historias sobre ellos adelante, sois bienvenidos.
Todas las historias que están aq...
Advertencia: Insultos excesivos (espero que no sea una sorpresa), violencia de pandillas, armas, abuso doméstico implícitos, sexismo y racismo de la época, alcohol, tabaquismo, referencia de drogas, autolesiones en el pasado, solo angustia en general.
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Palabras: 3.000
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"¿Señor?"
Alfie levantó la vista de su papeleo y miró por encima de sus gafas. Ollie había abierto la puerta y estaba allí, esperando una respuesta. "Lo siento, pero, ¿cuándo terminó la moda el puto golpear la puerta antes de entrar?" Preguntó el gánster.
"Lo siento, señor. Pero, eh, el Sr. Shelby esta aquí". Ollie hizo una leve mueca- "¿Debo dejarlo entrar?"
"¿Lo han registrado?" Alfie dejó sus lentes cayeran sobre su pecho, colgando de la cadena alrededor de su cuello.
"Si señor." El asintió.
"Está bien, entonces déjalo entrar." El hombre agitó su mano y tomó su bastón. Gruñó mientras se levantaba.
Tommy entró y se quitó su típica boina que caracterizaba tanto a los Peaky Blainders. "Buenos días, Alfie". Se aclaró la garganta.
"Si, lo se, ¿no? Jodidamente preciosa. Siempre encantador cuando tengo un puto Shelby en mi oficina." El hombre rudo extendió una mano hacia la silla frente al escritorio. "Continúa, continúa, siéntate."
Tommy asintió y se sentó. Colocó su boina en su regaza y estiro las piernas.
"¿Por qué me has honrado con tu presencia, Tommy?¿Nada bueno?" Alfie se recostó en su silla y entrelazó los dedos sobre la parte superior de su lata. Se inclinó un poco hacia adelante.
"En realidad tengo un regalo para ti. Se ha corrido la voz de que estas buscando secretaria." Tommy tomó sus cigarrillos y encendió uno.
"Si, ya tengo. Ya sabes Ollie es genial, cierto, amo a ese niño. Pero su esposa tiene otra mordedura en el tobillo por culpa de un perro, me imagino que pasara más tiempo con su familia."
"¿Te volviste suave, Alfie?" Preguntó con su voz profundamente firme. El cigarrillo se balanceó cuidadosamente entre sus labios mientras hablaba.
"Si... Puto deseo, Shelby." Alfie respondió con firmeza. Señaló con dos dedos al hombre. "Te haré saber, cierto, que tengo planes, grandes planes. Voy hacer que el nombre Solomons sea más respetado, ¿no?"
"¿No crees que la gente te respeta ahora?" La mirada azul helada de Tommy estudió al hombre corpulento.
"Bueno, el respeto, sí, tengo un significado vago, ¿no es así?" Sus anillos chasquearon contra su bastón mientras movía los dedos. "Los hombres me respetan porque saben que podría hacer que los maten por mirarme mal, ¿verdad? ¿Pero eso me está consiguiendo el control de Londres? Por supuesto que no. Sería bueno que los superiores me miraran con amabilidad. De esa manera, cuando necesite un favor, tal vez no tenga que amenazarlos, ¿no? Por otro lado, podría ser divertido codearse con los que tienen cucharas doradas metidas en el culo. Sabes que soy un hombre de buen gusto, amigo".
