6. ¿inocente y torpe?

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(Editado)

Rachel Miller.

Dos semanas después.

— Maldita sea — gruñi tapando mis oídos con una almohada cuando escucho los gemido de una chica en la habitación que está justo a lado mío. — ¿No hay monteles para eso? — me pregunte a mi misma.

Mi cabeza dolía mucho por tanto llorar, estuve fuera de sí una semana completa, me sentía agotada y con ataques de pánicl que no me dejaban estar tranquila, y ya sentía que todo esto me iba a superar y solo tenía cuatro semanas de estar aquí. Mi cuerpo se levantó por si solo y suspiré al verme en el espejo, unas enormes bolsas negras se encontraban justo debajo de mis ojos y me moleste conmigo misma.

Al parecer Jackson también estaba igual que yo e incluso hasta peor, pero lo de él era porque se iban de fiesta y amanecía con dolores de cabeza insoportable, desmayandose y vomitado con más dificultad.

— Espero que se repita.

Escuché la voz de una chica, y gire los ojos, no me importaba en lo absoluto así que salí con la cabeza gacha sin dirigirle la mirada a quienes sea que estuvieram ahí parados comiéndose la boca como si no volvieran a verse más en su vida.

— Is piri qui si ripiti.— me burle en voz baja. — Dios mío dame fuerzas para seguir sobreviviendo en este mundo llenos de zorras e idiotas. — exclamé una vez estando abajo con los demás.

Ni siquiera me tomé el valor de ser educada y decir un siemple buenas noches, porque si, era de noche. Los chicos me miraron curiosos desde el sillón.

— ¿Qué? — pregunté malhumorada.

— Estás hinchada. — contestó Liam.

— Oh mira ni sabía, que mal ¿no? — me reí sarcástica y Liam solo me ignoró.

Agradecí internamente que los demás se hayan quedado callado y no preguntarán que estaba pasando conmigo. Así que opté por sentarme en la barra de la cocina y tomé una manzana para degustarla.

— Me he cogido a una morena que puta madre estaba más buena que mi ex. — Exclamó Liam, eufórico.

Pensé que era el más serio en ese aspecto, pero me equivoqué.

— Pues yo a una rubia con las tetas grandes, me la chupo como no tienen idea. — esta vez habló Noah y siento mi estómago revolverse de solo escucharlos hablar así.

— Yo paso de todo esto, quiero arreglar las cosas con Nasli— murmuró Jack, cabizbajo.

— Ya, pero ten cuidado porque no queremos volver a tenerte mal por algo que tú mismo hiciste. — habló mi hermano y Cristhian asintió dándole la razón a Cristopher.

No soy chismosa, pero quiero saber todo.

— En fin, a mi una española que estaba en la fiesta me rogó que se la metiera con lubricantes porque le iba a doler, lo más cachondo que me han pedido en mis diecinueve años de vida. — se carcajeo mi hermano.

Fruncí el ceño, ¿lubricante?, ¿qué es eso?

Que mojigata me ha salido.

Viviendo con ellos (Borrador 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora