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Los humanos somos la prueba de un trabajo con buenas intenciones hecho a perder.

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Jungkook se sentía nervioso. Por alguna razón, el estar dentro de un auto con olor a nuevo, sentado junto a un desconocido del cual solo sabe su nombre, le divertía. Jungkook no había dejado de reír desde que Taehyung lo ayudó a entrar en el vehículo, y las cosas se subieron de tono, cuando el hombre en traje lo observaba con la ceja alzada. El gesto era tan gracioso para el muchacho que no podía parar de reír.

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Taehyung, en un tono suavemente sarcástico que hizo sonreír a Jungkook.

La expresión del hombre era seria, su mirada compasiva. El sentimiento, alarmante por su intensidad, amenazó con desintegrar su control, y aun así, Jungkook estiró un brazo para acariciarlo, pero se detuvo con las manos suspendidas en el aire. Era como si en su interior hubiera dos sentimientos luchando por gobernar su raciocinio.

Este hombre tenía la presencia de su hyung, y la vaga apariencia que apenas permanece en su memoria. El olor a ceniza impregnado en él, también cooperaba en la resistencia por abogar entre la variedad de sus necesidades. Sin embargo, la verdad es que, Jungkook, sospechando o no, tenía el deber común de alejarse.

Pero...

—Hyung... Te tardaste.

—¿Mmm? ¿Hyung? —Le dijo Taehyung con vehemencia, fingiendo no notar la mirada de aprensión en los ojos del muchacho—. No recordaba ser así de cercanos.

—Tienes otros ojos, pero el mismo olor —Un tono divertido y sardónico inundó la voz de Jungkook al responder—. Hyung... ¿Estás tratando de jugar a las escondidas conmigo?

—¿Qué?

—Ya no soy un niño. Soy un hombre —el muchacho se alzó en su lugar dentro del auto, e inclinando su cuerpo hacia el costado donde Taehyung se encontraba, se acercó al rostro del hombre y buscó con más detalle, algún indicio que le asegurara que era él. Pero sólo consiguió alterar los sentidos del hombre, quien observándolo de manera penetrante, le tomó el mentón con los dedos enguantados para levantarle la cara. La textura lo hizo estremecer.

—Dime tu nombre.

—No bromees hyung.

—Tu voz se escucha lamentablemente endeble. Tu delicioso aroma, ahora está cubierto por el asqueroso olor a alcohol —Taehyung se quitó uno de los guantes, llevó su mano hacia la boca del muchacho y rozó la delicada textura sintiendo el aliento estancándose en el pecho. Luego, dejó que sus atrevidas ideas lo guiaran, e introdujo el pulgar aplastando la lengua. La vista fue demasiado para él. Jungkook se veía tan frágil, con las mejillas sonrojadas y los ojos pesados y brillantes por el esfuerzo al respirar entrecortado. Taehyung percibió además el mismo malestar de su entrepierna en la parte inferior del muchacho... por su mirada y el agarre que él mantenía en su ropa. Jungkook por otro lado, cegado por el alcohol, solo quería dejarse llevar, y esa determinada sumisión, fue causante de varios infartos internos en Taehyung, quien murmuró algo entre dientes. Después de un largo silencio dejó su boca y lo observó con intensidad mientras este jadeaba. Jungkook a esa distancia sólo podía pensar en lo fascinante que era ver la mandíbula de hyung, que parecía esculpida en hierro—. Dime tu nombre —dijo Taehyung con la voz profunda y ligeramente ronca. Las yemas de sus dedos dibujaron el contorno de su oreja, y la curva acalorada de su mejilla.

LITTLE INNOCENT﹁ Kth-Jjk-LlmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora