LITTLE INNOCENT﹁ Kth-Jjk-Llm

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 ¿Quién tiene el poder suficiente para juzgar? Y de ser así... ¿Quién le dio tal poder?

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Jungkook no pudo dormir aquella noche.

El agua en la tina en donde ahora se encontraba, mitigaba su dolor. Y el frío de una mañana gris, le recordaba los eventos pasados en el día anterior, produciéndole insomnio. Lo que era una desgracia, el pobre se preguntaba cómo podría llegar a su trabajo y no perder la cordura... Jungkook en verdad quería una respuesta. Pero solo consiguió el estruendo del cielo queriendo caerse a pedazos y la osadía de las nubes, arrojando sus rayos para iluminar la mañana escasa de color.

Debería al menos levantarse de aquel lugar y evitar que su insano sistema auto inmune no dejara expuesto su descompensado cuerpo. El malestar le recordaba a las noches de intenso dolor, donde padecía enfermo en su cama. Sin embargo, él ya no era un niño, y enfermarse no sería algo que podría permitir. Jungkook era consciente de ello, y moría de ansiedad. Pero, ¿por qué tenía que exigirse el cien por ciento? ¿Por qué tenía que aparentar estar bien?

¡Por el cielo! Jungkook no estaba bien.

Anoche, aquel hombre lo llevó en su auto hasta su departamento, sin este haberle dicho la dirección. Tal hecho le estaba carcomiendo el cerebro. Dado que, ¿cómo sabría Kim Taehyung en donde vivía?

Jungkook cerró los ojos un instante procesando todo en su mente, mientras sentado en la tina de su baño, se abrazaba a sí mismo en un vago intento de autoprotección, o un desesperado movimiento en sentir un dolor más que la fatiga de un día extraño y el pensamiento de un reencuentro fastuoso. Sobre todo porque, tras aquella situación, las cosas volvieron a ser verdaderamente absurdas. Pues, aunque el agua en la tina estaba fría, Jungkook quería esa sensación en la piel.

Ayer, el día fue lluvioso. Él recordaba ir al restaurante y ver a personas con abrigos. Había estado haciendo frío, pero desde que ese hombre llegó, Jungkook no sintió más que calor en su cuerpo. Y no lo quería. La sensación del día anterior enloqueciéndolo. Recobrando ese temor que de niño tuvo que aguantar en soledad, porque nadie le creyó y nadie le escuchaba. Era casi agotador desear que sea un sueño cuando estaba atrapado en una pesadilla, con dos quisquillosos diablillos que solo sonreían. Pero por el cielo, Jungkook ya era mayor ¿por qué rayos le estaba sucediendo esto de nuevo? ¿Por qué no lo dejaban en paz? Pero sobre todo, ¿por qué no podía separar sus anhelos del miedo que ellos provocaban?

No lo sabía.

Ojalá fuera más sencillo de descifrar. Jungkook sentía que no podía con tanta angustia e incertidumbre. Su cuerpo rozando lo cadavérico a cada momento con ellos. Porque él sabía que eran ellos. Esas dos sombras de su pasado pareciendo querer perseguirlo nuevamente.

Antes, cuando todo era muy confuso, aquellas dos entidades que lo atemorizaban, le dieron dos nombres que simplificarían las cosas para él. La forma femenina escogió Noona y la forma masculina hyung. Desde ahí, la manera en la que se relacionaron, mejoró. No obstante, los apodos referidos a él, parecían un modo cauteloso de categorizarlo como una presa. Lo que llevó a trastornarlo un poco.

Noona era un poco más baja que hyung, y siempre le calmaba cuando este lo asustaba. Su voz era realmente suave y dulce, lo hacía dormirse cada vez. A Jungkook también le gustaba su sonrisa, le aliviaba y le daba confianza. Era como una mamá que lo cuidaba de los acusantes ojos de papá, lo que parecía ser hyung. Quién era más alto y robusto. Intimidante y con una voz ronca y firme. Jungkook en ocasiones no entendía lo que decía y lloriqueaba con el miedo de hacerlo enojar. Porque hyung parecía peligroso o era así como el pequeño Jungkook de seis años creyó, después de verlo tomar a un perro que lo había perseguido hasta su casa, con el hocico lleno de espuma y los ojos abiertos aterradoramente. Jungkook no pudo evitar chillar asustando al ver a hyung apretar su cuello hasta decapitarlo, sin un rastro de expresión en su rostro. Él lo había hecho por su bien, pues el animal tenía la intención de atacarlo, y aunque había otras formas, el calor del momento no permitió al hombre pensar en más opciones. Y Jungkook, no supo cómo manejar lo que vio ese día; Puesto que fue escalofriante, Jungkook le tenía miedo. Porque hyung no parecía afectado.